Hoy se cumplen 75 años de la victoria aliada sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial, pero la crisis sanitaria ha deslucido los actos de conmemoración que presidirá Emmanuel Macron en el Arco del Triunfo.

El jefe del Estado estará acompañado por los líderes militares y políticos, entre ellos los expresidentes Nicolas Sarkozy y François Hollande, pero, por primera vez, no habrá público.

El presidente no remontará tampoco los Campos Elíseos, como es habitual, ni pasará revista a las tropas, pero ha pedido a los franceses que desplieguen una bandera tricolor en las ventanas.

En un primer momento, el Gobierno había anunciado la suspensión de las celebraciones en todos los departamentos por las restricciones sanitarias que impone la crisis del coronavirus, con la excepción de un homenaje nacional en París.

La decisión provocó la ira de muchos alcaldes y asociaciones de antiguos combatientes, y el Ejecutivo tuvo que dar marcha atrás, aunque pidió que las ceremonias se organizaran en formato reducido y sin público.

Macron tenía que haberse desplazado hoy a Moscú para celebrar la capitulación de la Alemania nazi en una gran desfile de la Victoria al que tenían previsto también participar otros dirigentes internacionales y que ha sido suspendido por la pandemia.

Tras dos meses de encierro, este será el último fin de semana de confinamiento para los franceses, que inician el lunes una desescalada progresiva y a diferentes velocidades.

Comercios y colegios abrirán la semana que viene bajo estrictas medidas sanitarias para intentar evitar que la epidemia, que ya ha causado en Francia cerca de 26.000 muertes, no vuelva a descontrolarse. (Paula Rosas EFE)