Cuatro meses después de haber presentado por primera vez una propuesta concreta a los bonistas extranjeros, el Gobierno cierra hoy la etapa más importante de la reestructuración de la deuda soberana. Es el plazo máximo que los acreedores tenían para aceptar formalmente la última oferta que el país les hizo para canjear los bonos emitidos en los canjes de 2005 y 2010 y los posteriores a 2016, año en el que el Gobierno de Mauricio Macri logró volver a los mercados internacionales después de cerrar el litigio con los fondos buitre.

“Optimistas”, fue la única palabra que atinaron a comentar desde la administración nacional a Ámbito respecto del resultado que se obtenga hoy. Sin embargo, la “prudencia” es una de las estrategias a las que el ministro de Economía, Martín Guzmán, ha venido apostando más fuerte. Por eso, desde su entorno evitan hacer referencia a números de aceptación y mucho menos asegurar que ya se alcanzaron o se alcanzarán las cláusulas de acción colectiva, que permita cerrar el acuerdo por el aval mayoritario y así alejar a los fondos buitre, que sólo buscan litigar en contra del país. El resultado se conocerá el próximo lunes, según confirmó a Ámbito una alta fuente oficial.

A pesar del hermetismo de las últimas semanas, el día que Guzmán brindó la conferencia de prensa en microcine del Palacio de Hacienda para contar que habían alcanzado un acuerdo con los acreedores, el ministro aseguró que la expectativa era alcanzar una participación “muy alta”. “La expectativa, en función del acuerdo, es que vamos a tener una participación muy alta (en esta nueva oferta). Ya había habido una participación alta del conjunto que no era parte del grupo mayoritario. Ahora nuestra expectativa es que se activen las CAC (cláusulas de acción colectiva) y que la Argentina pueda resolver su problema de deuda de manera integral”, aseguró el 5 de agosto el ministro.

Los tres grandes grupos de acreedores manifestaron dos veces su aval a la última propuesta del Gobierno: cuando se conoció que se había alcanzado un acuerdo y cuando se hicieron oficiales las modificaciones en la Comisión de Valores de Estados Unidos. El 17 de agosto el equipo de Guzmán presentó la enmienda ante la SEC y ese mismo día llegó un nuevo respaldo de los bonistas que durante los meses de negociación habían mantenido las posiciones más hostiles. Hans Humes, CEO de Greylock Capital, le dijo a Ámbito que su fondo hace semanas ya oficializó su aceptación. El resto de los acreedores no quisieron hacer comentarios.

Lo que terminó de destrabar la distancia entre la posición de la administración argentina y los acreedores fueron dos movimientos del Gobierno: el adelantamiento de los pagos (que les elevó el VPN a los bonistas) y cambios en las cláusulas legales. Respecto de los aspectos económicos, la última propuesta incluyó el adelantamiento de los pagos de capital e intereses de los nuevos bonos a enero y julio de cada año; el adelanto de la fecha de inicio de amortizaciones de bonos con vencimiento en 2030 y 2038; y el corrimiento a 2029 del vencimiento de bonos que se entregan como reconocimiento de los intereses corridos.

Después de comunicar los resultados del canje externo, la liquidación de las operaciones con los nuevos bonos será el viernes 4 de septiembre. Ese mismo día también se concretará el tramo del canje local para aquellos acreedores que ingresen en el período de aceptación temprana (que cierra el 1 de septiembre). El monto total de títulos a reestructurar, entre el canje externo y local llega a los u$107.852 millones.