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Así homenajeaba Adrián Brodsky a Maradona en su último cumpleaños

El relator de LT9 homenajeó a Diego cuando cumplió sus 60 años el pasado 30 de octubre, con una columna de opinión que se publicó en la web de La Líder.

— Adrián Brodsky

MIÉRCOLES 25 DE NOVIEMBRE DE 2020

30 de octubre de 1960  Villa Fiorito,  Buenos Aires... 30 de octubre de 2020, en cualquier rincón del planeta. Está cumpliendo años el jugador más grande de toda la historia del futbol mundial: Diego Armando Maradona. Y en éste día tan especial, me gustaría invitarlos a compartir una ficción. ¿Qué hubiera pasado si cualquiera de nosotros hubiese sido Maradona?

Si yo fuera Maradona seguramente hubiese sido políticamente mucho más correcto que él. Sin dudas hubiese actuado distinto, me hubiera alejado de mis raíces y hubiese estado más cerca del poder. 

 Si yo fuera Maradona, en mis primeros pasos como futbolista, me hubiera juntado con niños y jóvenes ricos, nacidos  en cunas de oro que, atraídos por mi talento, me hubiesen hecho creer que no soy tan humilde y que pertenezco a su propia clase social.

Si yo fuera Maradona, jamás hubiese aceptado ir a un club como el Napoli, porque hubiera estado obligado a luchar por los más pobres del Sur, en vez de salir sonriente en todas las fotos con los verdaderamente poderosos del Norte Italiano.


Si yo fuera  Maradona, lamentablemente les tengo que decir, que no hubiese puesto la mano ante la salida de Peter Shiliton, porque si bien lo festejamos todos, al final terminé siendo yo el tramposo y el irrespetuoso de las reglas. 

Si yo fuera Maradona, jamás hubiese insultado a los que silban el himno, y menos en el país donde estoy trabajando y me dan de comer ¿Por qué tendría que ser yo, justo yo, el más molesto y el más expuesto?

Si yo fuera Maradona, no hubiese jugado con el tobillo hinchado en la selección, porque me debo a los clubes que me pagan. Ellos son mis verdaderos dueños.

Si yo fuera Maradona no hubiese llorado como un niño por un segundo puesto en el mundial, todo lo  contrario: le hubiese sonreído a los poderosos de la FIFA, para ser complaciente y disimulado, aunque me invada el dolor por la injusticia. 

Y saben que, si yo fuera Maradona, tampoco hubiese tenido tantos problemas a nivel personal  y sentimental. Porque me hubiera relacionado con señoritas de alta alcurnia, esas que tienen  tres o cuatro apellidos  y que, aunque no sienta nada por ellas,  seguramente hubiesen pulido mi condición de muchacho de clase baja.

Si yo fuera Maradona, jamás hubiese denunciado absolutamente nada en relación a la pobreza y a la injusticia social. Si en definitiva la vida es así ¿por qué yo tendría que meterme?

Si yo fuera Maradona, me hubiese vinculado con tipos de guante blanco y relacionados  con las altas esferas. Ellos sí saben disimular y borrar evidencias de sus adicciones a las drogas y al alcohol y así yo también hubiese pasado inadvertido. 

Si yo fuera Maradona, no me hubiese entregado jamás a las pasiones mundanas, hubiera disimulado y reprimido mis deseos íntimos en relación al sexo y a las mujeres, nunca los hubiese expresado de una  manera tan vehemente. 

Si yo fuera Maradona, hablaría en inglés, sería mas fino en mi vocabulario, aunque diga exactamente lo mismo. 

 Si yo fuera Maradona tendría, tal vez los mismos vicios, pero mucho más disimulados. Sería un verdadero SEÑOR, sobre todo para los ojos de los que forman parte de la reserva moral del país. Para los que tienen una autoproclamada autoridad ética para juzgarme.

Si yo fuera Maradona, sería defensor de la meritocracia. No hablaría  jamás de las  necesidades y problemas de los pibes de la villa, no hubiese denunciado a la FIFA, ni estaría en contra de las políticas neoliberales, no me importaría la solidaridad entre las personas, ni hubiese abrazado la causa de los más pobres, y mucho menos hubiera nombrado tanto a mi padre y a mi madre, que nunca fueron  ricos ni profesionales. 

Si yo fuera Maradona, estaría coqueteando con los más pudientes a nivel mundial, sin importarme si son déspotas o despiadados. Hoy estaría junto a ellos, mirando desde arriba y por encima del hombro a los niños que no tienen para comer; fingiendo preocupación por esa situación que en realidad me seria ajena. 

Como ven señoras y señores, yo hubiese sido para los ojos de los demás el Maradona señorial y educado, el Maradona observador de las reglas de la moral y las buenas costumbres. Pero también, un Maradona hipócrita y embustero; un Maradona desleal y fraudulento, un Maradona indiferente y temeroso. 

Por eso y parafraseando al gran Víctor Hugo, en su inolvidable relato, quiero dar gracias… Si, Gracias Dios, por el futbol, por Maradona, por estas lágrimas…Pero fundamentalmente por NO HABER SIDO MARADONA, porque si yo fuera Maradona, los pibes más vulnerables que tienen el sueño de llegar a lo más alto a través de su talento y su esfuerzo se hubiesen perdido el espejo más significativo

Si yo fuera Maradona, aquellos que aman la magia, el sacrificio, la lealtad, la dignidad, y la conciencia social, se hubiesen privado de su propio Dios, un Dios pecador y mundano, un Dios con las miserias cotidianas de la mayoría, un Dios de la pelota, de la estética, de la fantasía,  del  arte y la confianza. Para gambetear a cuanto señorito ingles se le pusiera adelante, para burlar con una finta a los disciplinados alemanes, para dejar desairados con su magia a los arrogantes brasileños o para ponerle el pecho a las embestidas de los impetuosos africanos y de todos aquellos, que alguna vez intentaron derribarlo, con estrategias, con tácticas o con golpes arteros. 

Gracias Señor por no haber sido Maradona, porque sino los más necesitados y desposeídos, los que no tienen voz,  no hubiesen tenido como representante a ese muchacho prepotente y desafiante, que a pesar de su acomodada situación, les grita en la cara a los poderosos lo que muchos no se animan a decir.

Si yo hubiese sido Maradona, hoy don Diego y doña Tota, no estarían felices, asomados en una nube, con el corazón lleno de satisfacción por su amado Pelusa. Gracias Dios, porque no soy Maradona y soy simplemente un humilde admirador de su talento y sus genialidades. Porque si yo fuera Maradona, jamás hubiese tenido el valor y el coraje, de haber vivido como él.

        

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