Cientos de camiones de empresas españolas y sus conductores permanecen atrapados en el sudeste de Inglaterra, a la espera de que las autoridades francesas y británicas se pongan de acuerdo sobre un método para permitir la reanudación del tráfico.

El Gobierno francés anunció el domingo por la noche la prohibición de entrada en su país de cargas acompañadas por al menos 48 horas. Muchos camioneros han pasado su segunda noche en la cabina, sin acceso a servicios e inseguros sobre cuándo podrán reanudar su camino de regreso.

La ministra de Interior, Priti Patel, ha sugerido que la solución que se baraja es la realización de un test antes de cruzar Francia, pero la complejidad logística para realizar las pruebas y el tiempo de espera a los resultados apunta a que los camineros y sus cargas pueden pasar los días de Navidad en una situación penosa.

Si la exigencia de test de los camioneros fuese adoptada, se daría la extraña circunstancia de que se ha anulado su exigencia para entrar en países que ahora prohíben los vuelos desde Reino Unido y que sea un requisito para los transportistas por carretera.

El primer ministro, Boris Johnson, habló en términos joviales de su conversación con Emmanuel Macron, el lunes, y los responsables de Transporte estarían en continuo contacto.

El Gobierno británico afirmó el lunes que había en el anochecer unos 170 camiones en las colas formadas en la autopista, pero la ministra Patel ha reconocido este martes a la BBC que la cifra de camiones atrapados es de unos 1.500, sumando los que se encuentran en la cola de la autopista y en los diferentes aparcamientos creados para descongestionar el tráfico.

Teniendo en cuenta que se esperaba el lunes que 6.000 atravesaran el canal de la Mancha, las cifras del Gobierno británico sorprenden. Se han puesto en marcha las operaciones para reducir la congestión y facilitar el tráfico.

Por primera vez ha entrado en funcionamiento un muro provisional de separación entre los carriles en dirección DoverLondres, de tal modo que uno de ellos es utilizado en la dirección opuesta.

Esa división permite que los tres carriles en la líneas LondresDover puedan ser gestionados con más flexibilidad, según sea el tráfico.

Las portadas de los diarios británicos han optado por resaltar la posibilidad de que todo el país entre pronto en el Nivel 4 de restricciones- que limita la apertura de comercios o las visitas a otra viviendas-, siguiendo la afirmación del jefe cientíco oficial, Patrick Wallance, de que la nueva variante del virus, ahora dominante en Londres y en el sudeste, se extenderá a otras regiones.

Aunque las cifras nacionales de la pandemia en Reino Unido no son las más graves en Europa, el aumento de casos es más rápido en las regiones citadas y ese ritmo de crecimiento estaría extendiéndose a áreas colindantes.

Los epidemiólogos esperan en cualquier caso que la vacación en las escuelas provoque una reducción en la expansión de la nueva variante, que quizás tenga una mayor capacidad para infectar a los más jóvenes. (hoy.es)