Ni bien inició el ciclo lectivo, estuvo marcado por una modalidad que si bien no es nueva, lo novedoso pasó por su extensión en el tiempo y en la cantidad y variedad de lugares que resultaron blanco de los graciosos.

En un principio, con cada llamado amenazando con la existencia de una bomba en una escuela, se lo asociaba a la intención de evitar un exámen, pero con el correr de los días y los meses, quedó claro que quienes se divierten o llaman la atención de ésta manera no sólo que no midieron las consecuencias, sino que tampoco esperaron a tener un exámen para amenazar.

Llegando al tramo final del ciclo lectivo, la frecuencia de llamados no disminuye en los establecimientos escolares. Sin ir más lejos entre lunes y martes de ésta última semana de noviembre, fueron 10 las amenazas. Aunque no todas en escuelas.

Si bien la gran mayoría se dio en distintos colegios, la Empresa Provincial de la Energía, Un salón de fiestas durante el desarrollo de un Te Bingo, Cable Visión, Iapos y hasta el Ministerio de Seguridad de la Provincia debieron aplicar el protocolo y desalojar sus instalaciones para constatar que no existía ningún artefacto explosivo en su interior.

                                                    Fuente: El Litoral 

Policía, bomberos, brigada de explosivos, agentes municipales de tránsito, todos a disposición de cada procedimiento que se desencadena con un llamado amenazando con la colocación de una bomba.

Y sólo en unos pocos hechos, se pudo identificar a los autores, quienes fueron citados por la justicia. En el caso de los menores de 16 años, fueron sus padres quiénes debieron dar cuenta del comportamiento de sus hijos. A los mayores de 16 años se les abrió una causa judicial por "intimidación pública".

                                                     Fuente: El Litoral   

Además en las escuelas, los directivos apelaron a todos los recursos disponibles para sancionar y hacer recapacitar a los alumnos sobre el daño que causaron con la broma. Desde reuniones con padres y alumnos, hasta hacerles pintar aulas, nada parece haber dado resultado y hacerlos escarmentar.

Los datos oficiales indican que durante 2017, llegaron a 216 las amenazas de bomba, datos que reflejan que recrudecieron en éstos dos últimos meses. En octubre fueron 43 y en noviembre (que aún no termina) 52 amenazas.