En medio de las altas temperaturas que atraviesa la región, la médica clínica María Estefanía Michelli remarcó en diálogo con LT9 la importancia de usar protector solar a diario y no solo en situaciones recreativas.
“Muchas veces se lo asocia únicamente a la pileta o a la playa, pero el sol también daña cuando salimos a trabajar o estamos cerca de una ventana, porque los rayos atraviesan nubes y vidrios”, explicó.
En cuanto al factor de protección, señaló que el recomendado es siempre el más alto. El FPS 50 brinda cerca del 98% de protección frente a los rayos UVB, responsables de gran parte del daño solar.
“Para la cara y el cuerpo es el mismo protector, lo que cambia es la textura: los faciales son más livianos y los corporales más viscosos”, aclaró.
Reaplicación, horarios y señales de alarma
Michelli indicó que el protector debe aplicarse al menos 30 minutos antes de la exposición y en cantidad suficiente.
“Lo ideal es usar aproximadamente una palma de la mano para cubrir todo el cuerpo, algo que casi nadie hace”, explicó, aunque reconoció que muy pocos cumplen con estas cantidades.
Además, la reaplicación debe realizarse cada dos horas y siempre después de meterse al agua, ya que no existen protectores totalmente resistentes.
Respecto a los horarios, advirtió que entre las 11 y las 16 la radiación solar es más intensa. “En ese rango horario, ningún protector ni accesorio evita el daño, por lo que lo mejor es no exponerse”, sostuvo.
Entre las señales de alerta a las que hay que prestar atención mencionó el enrojecimiento intenso, el ardor, el dolor y la aparición de ampollas, síntomas que indican una quemadura solar. Estas quemaduras requieren suspender la exposición y extremar los cuidados.
Accesorios, niños y cuidados especiales
La especialista también destacó la importancia de los accesorios de protección. Gorros o sombreros que cubran el rostro, anteojos de sol con protección UV 400 y la cobertura del cuello y escote son fundamentales.
En el caso de los lentes, advirtió que los que no tienen filtro UV pueden ser peligrosos, ya que oscurecen la visión pero permiten el ingreso de radiación dañina.
En relación a las infancias, explicó que necesitan cuidados más estrictos, especialmente entre los tres meses y los dos años, debido a que su piel aún no desarrolló completamente su barrera protectora.
Lo mismo ocurre con las personas mayores, que además suelen perder la sensación de sed, por lo que es clave reforzar la hidratación para prevenir golpes de calor.
Por último, Michelli recordó que en verano también es habitual el uso de repelente. “Primero va el protector solar y después el repelente. Y cada vez que se renueva el protector, hay que volver a aplicar el repelente”, concluyó.
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