Luego de casi seis años de concurso preventivo, la agroexportadora concretó el traspaso total de su paquete accionario y dio por cerrado el proceso de disputa por el control societario. La operación se realizó conforme a lo dispuesto por la Justicia, que validó el resultado del cramdown y dejó sin efecto las impugnaciones presentadas por otros interesados.
Con la transferencia formalizada, quedó constituido el nuevo directorio, encabezado por Mariano Grassi, acompañado por Leandro Salvatierra como vicepresidente y Hugo A. Grassi como director. Esta conformación habilitó de inmediato a la nueva conducción a asumir la administración plena y a ejecutar el plan aprobado en sede judicial.
Desde la empresa señalaron que comienza una etapa orientada a la estabilidad, la transparencia y el crecimiento sostenido, apoyada en capitales íntegramente argentinos y en el compromiso de los trabajadores. El esquema prevé mantener la totalidad de los activos industriales históricos, sin desprendimientos, y avanzar en la recuperación de plantas estratégicas del cordón agroindustrial.
El programa de reactivación contempla una inversión inicial cercana a los 40 millones de dólares, destinada a recomponer la operatoria productiva, restablecer relaciones comerciales y retomar exportaciones de manera progresiva. Entre los ejes centrales se encuentran las instalaciones de Ricardone, San Lorenzo y el Nodo Norte, vinculadas a la industrialización de granos y biocombustibles.
Con este paso, el expediente concursal entra en su tramo final y se cierra uno de los procesos más complejos del sector agroindustrial argentino. La compañía inicia así un nuevo ciclo, con el desafío de recuperar volumen, previsibilidad y un rol relevante dentro del esquema exportador del país.






















