La cámara alta británica aprobó este
martes una nueva enmienda a la ley para iniciar las negociaciones de
separación del Reino Unido de la Unión Europea (UE) y sumó así un
obstáculo al proyecto de la primera ministra, Theresa May.
La
enmienda aprobada en la Cámara de los Lores por 366 votos a favor y 268
en contra establece la posibilidad de un veto parlamentario al
resultado de las negociaciones del "Brexit".
El cambio supone además que May no podría alcanzar un acuerdo con la UE sin consultar a los parlamentarios.
La
votación de este martes representa un nuevo obstáculo al proyecto de la
primera ministra, tras la aprobación la semana pasada de una enmienda
en el Parlamento a favor de proteger los derechos de los tres millones
de ciudadanos de la UE que viven en el Reino Unido.
Tras
la introducción de enmiendas, la ley tiene que volver a la Cámara de
los Comunes, ya que los Lores no pueden introducir cambios sin su
aprobación.
La actuación de la cámara alta retrasará la activación de la negociación del "Brexit" pero posiblemente no la bloqueará.
Se
espera que la propuesta de ley pase de una Cámara a otra como en un
partido de ping pong, hasta que ambas la aprueben. Varios miembros
destacados de la Cámara de los Lores ya indicaron que no se opondrán de
nuevo a la decisión de los Comunes cuando la ley vuelva a sus manos.
David
Davis, el ministro británico para el "Brexit", dijo a los medios que el
Gobierno está decepcionado con la decisión de hoy y que buscará revocar
las enmiendas en la Cámara de los Comunes, que se espera las someta a
votación la próxima semana.
El
subsecretario de Estado para el "Brexit", George Bridges, acusó a los
parlamentarios de "dañar el interés nacional" con su pedido de
modificaciones a la ley.
Por
su parte, el legislador conservador Michael Heseltine argumentó que
casi la mitad de los electores votó en contra del "Brexit" en el
referéndum del año pasado. "Ellos tienen derecho a ser escuchados",
apuntó.
May
prometió activar el Artículo 50 del Tratado de Lisboa, que establece
las reglas para negociar la salida de un país de la UE, a finales de
marzo.
El
Parlamento británico insistió en poder votar sobre el inicio del
proceso y los tribunales le dieron la razón, de ahí que las Cámaras
estén dando ahora su opinión. May confiaba en que la ley estuviese
aprobada para hoy, pero se verá retrasada por las enmiendas.