Con argumentos a favor y en contra de los primeros 18 expositores, dio comienzo ayer en el Senado la primera audiencia del plenario de comisiones que aborda el proyecto de legalización del aborto seguro y gratuito que ya cuenta con media sanción de Diputados y el cual será tratada el próximo 8 de agosto en el recinto.
La primera en hacer uso de la palabra ante las comisiones de Salud, Justicia y Asuntos Constitucionales de la Cámara Alta, fue la ex directora del Consejo de la Mujer, María "Pimpi" Colombo, quién tras considerar que la interrupción del embarazo "no es un derecho de las mujeres", advirtió que estás "no deben ser penalizadas" por recurrir a esa práctica.
Colombo apuntó además contra el ministro de Salud, Adolfo Rubinstein, al señalar que mientras por un lado "sostiene que hay que legalizar el aborto", por el otro "en las salitas no se encuentran preservativos ni anticonceptivos y se desmantelan los programas de salud".
"El estatus de persona es jurídico no científico", dijo por su parte el rabino Fernando Szlajen, quien acto seguido afirmó que la legalización "no es la solución" al problema del "aborto clandestino", al que eligió comparar con "la eutanasia".
En tanto que para el abogado Manuel García Mansilla, "el derecho a la vida está reconocido en normas de máxima jerarquía". En esa dirección, argumentó que "el aborto es un delito con algunas causales de no punibilidad", dijo, para luego señalar que al mismo "pretenden garantizarlo como si fuera un derecho, pero ese supuesto derecho no existe".
Lejos de esa mirada se ubicó el director ejecutivo de la Fundación Huésped, Leandro Cahn, quién dijo que la discusión en curso "es similar a la objeción de conciencia de hecho que muchos practicaron" con las personas que padecieron el HIV positivo.
"En el comienzo de la epidemia; era casi un abandono de persona", afirmó Cahn al recordar que en aquella época en la clínica donde trabajaba "quienes asociaban" la enfermedad con los homosexuales, llegaron a "quemar las primeras 400 historias clínicas".
El especialista consideró además que "cuando el aborto sea ley, las mujeres no solo accederán a una práctica más segura", sino que también "a métodos anticonceptivos que permitan evitar embarazos no deseados".
También sumó su argumento favorable el abogado y doctor en Derecho Martín Farrell, quien consideró que "la autonomía es un principio liberal" y que "las declaraciones de derechos y garantías de la Constitución Nacional" están sustentadas en esa ideología, en base a lo cual, afirmó que "el proyecto que menciona la autonomía, está armonizando la Constitución Nacional con la legislación", por lo que dijo que "ha llegado el momento de traer el Código Penal al siglo XXI".
"Tienen la posibilidad de transformar el dolor en derechos, de eso se trata ser legislador, y claramente hace tiempo que las mujeres, niñas y adolescentes sufren la negación de derechos", dijo a su turno la médica y psicoanalista Martha Rosenberg, quien argumentó que las mujeres "somos personas con derecho a decidir sobre nuestros cuerpos y sus avatares".