Seguramente usted, estimado lector, lo primero que habrá hecho (es lo que hacemos todos) fue mirar las fotos que componen este material periodístico. Indudablemente, se habrá percatado de que, a pesar de vestir las camisetas que dividen a la capital de Santa Fe, Agustín Sandona y Nicolás Leguizamón se encargaron de darles (sí, darles..., yo no me incluyo) una lección a la mayoría de los “hinchas”, sobre todo cuando se avecina un partido tan importante para todos/as los que nos gusta (acá sí me incluyo) el fútbol.
El problema es que para muchos/as, el cotejo entre Unión y Colón a jugarse mañana en el 15 de Abril, es “fundamental”, y ahí es cuando comienza el problema, al convertirse un espectáculo en “fundamental”, varios/as se vuelven “fundamentalistas”. Y por eso el clásico, que debería ser una fiesta santafesina, algunas veces terminó con hechos para lamentar, y vergonzantes desde todo punto de vista. No sólo en nuestra ciudad, ha pasado en demasiadas canchas argentinas, y “gracias” a eso (y a ellos) debemos privarnos de ver a simpatizantes de los dos clubes.
Volviendo a la presente producción realizada en la redacción de El Litoral, debo advertirle que no leerá, de parte de quienes serán protagonistas del derby ciudadano, demasiados comentarios referidos a lo que vivirán mañana en el estadio de la avenida.
Fue casi una consigna, no hablar tanto del partido, de cómo llegan, de si se puede tener en cuenta los antecedentes, de si hay un equipo favorito, y muchas otras consultas que tendrán siempre una misma respuesta, las que usted ya ha escuchado y leído tantas veces, las que se repiten cada vez que se juega esta clase de partidos.
Es por eso que preferí charlar con ellos, no usar grabador, ni siquiera un papel y una lapicera, sólo hablar de cualquier cosa mientras Pablo Aguirre, nuestro reportero gráfico, se encargaba de “armar” las fotos.
El antes
Para empezar, y para que la sociedad (no solamente la “futbolera”) conozca un poco más a ambos futbolistas, voy a contar cómo se propició el encuentro de ambos en nuestro diario. Sin entrar en muchos detalles que sinceramente no son relevantes, me comuniqué en primer lugar con “el Chino” Sandona para hacerle saber mi intención.
Por supuesto, y me pareció lógico, quiso saber cuál era mi propósito. Al conocerlo, inmediatamente la respuesta fue positiva: “No hay problema ‘Nene’, me gusta la idea”, me dijo; y agregó: “No sé por qué, pero tenemos días para hablar con la prensa. Yo no estoy muy de acuerdo con eso, porque es el trabajo de ustedes, pero las cosas son así y tengo que respetarlas. Además, si no las respeto me cobran multa”, me explicó con humor.
Apenas el defensor de Unión me dijo que sí, debía comunicarme con “Legui”, pero no tenía cómo. Menos mal que pude hablar con Oscar Leguizamón, el padre, aquel jugador tatengue de los 80, con quien tuve la posibilidad de jugar en la Liga de Veteranos del Jockey Club hace unos años. Sin dudarlo, Oscar me facilitó el contacto y de esa manera pude transmitirle mi idea a “Legui”.
Nuevamente, experimenté lo mismo que con Sandona. Primero la consulta para conocer mi proyecto, e inmediatamente el “sí, no hay drama”. Voy a narrar otra anécdota que describe la humildad de estos “pibes”. Al “Chino” le pedí que concurra al diario con una camiseta de Unión y no hubo problema.
Cuando hice lo mismo con Leguizamón, me contestó preocupado que no tenía la tradicional actual (marca Burrda), que sólo conservaba la alternativa verde agua y blanca. De inmediato le dije que la traiga igual, que esa camiseta ya estaba impuesta en la gente, es más, según comentarios, ha gustado mucho entre los hinchas de Colón.
El durante
Ya estaba todo arreglado. Día y horario de la reunión. El primero en llegar, justo a la hora señalada, fue “el Chino” Sandona. Sólo dos minutos después llegó Nicolás Leguizamón. Luego del cordial saludo entre ambos, nos dirigimos a la redacción del diario para que nuestro fotógrafo comience su tarea.
Al mismo tiempo, y mientras los jóvenes futbolistas se prestaban a las ideas del profesional, charlaban animadamente entre ellos. De la misma, alcancé a escuchar que habían sido invitados para, al otro día, concurrir a un acto simbólico organizado por el Concejo Municipal de Santa Fe para firmar un acta acuerdo por la paz, no sólo en este clásico, sino en cada uno de los eventos deportivos que se desarrollen en nuestra ciudad.
Sabiendo de antemano que habían sido protagonistas del último clásico jugado también en la avenida, hace 11 meses, cuando Unión le ganó a Colón 1 a 0 con gol de Lucas Gamba, aunque casualmente entraron en el segundo tiempo, una de mis pocas preguntas se refirió a si se habían enfrentado en divisiones inferiores.
Fue “el Chino” quien me dijo que solamente habían jugado en contra en reserva. Repasando los archivos, pude saber que ese cotejo se había disputado la mañana del lunes 14 de septiembre de 2015, en el Brigadier López, ganó Colón 2 a 1 con goles de Víctor Casado y justamente, Nicolás Leguizamón, en tanto el zaguero rojinegro Nicolás Rossini en contra, convirtió el transitorio empate de Unión.
También pude averiguar que si no habían jugado en contra en divisiones menores fue porque “el Chino” es categoría 93 (tiene 23 años, cumple los 24 en mayo); en tanto “Legui” es categoría 95 (cumplió los 22 en enero).
El después
Al otro día del encuentro entre los jóvenes futbolistas nacidos, criados, educados, instruidos y “hechos” futbolísticamente en Santa Fe, se pudo saber fehacientemente que serán titulares mañana desde las 16, cuando Patricio Loustau haga sonar su silbato por primera vez en el seguramente colmado 15 de Abril.
Ojalá sea una fiesta. Ojalá los protagonistas de ella se encarguen de hacerla realidad. Los “buenos” hinchas del fútbol nos merecemos eso. “El Chino” y “Legui” ya comenzaron, ya dieron la primera lección. Mañana se enfrentarán y se sacarán “chispas” en cada choque, pero estoy seguro que lo harán con lealtad, y tras los 90 minutos seguirán mostrando lo que mostraron en la redacción del diario.
Mucho más no se puede decir sobre lo que pasará futbolísticamente dentro del rectángulo de juego. Sólo desear que todo transcurra con normalidad, que tengamos que hablar sólo de fútbol. Que el resultado del partido sea importante para cualquiera de los dos clubes, para cualquiera de los dos equipos, para cualquiera de las dos hinchadas; pero ojalá no se convierta en “fundamental”.