La "Ley Justina" Nº 27.447 cumplió un mes desde su sanción definitiva por unanimidad en la Cámara de Diputados el pasado 4 de julio, y ya son casi 16 mil personas que se manifestaron en contra de ser donantes de órganos. 

La nueva norma establece que todos los mayores de edad "que no haya dejado constancia expresa de su oposición a que después de su muerte se realice la extracción" son donantes. A raíz de este punto se conoció que 15.750 personas se manifestaron en contra de donar sus órganos, según publicó el diario Clarín. 

Según el mismo informe, durante las dos primeras semanas desde la aprobación de la ley, 13.216 personas expresaron que no querían ser donantes; y la quincena siguiente  el número bajó a 2.535. 

"Inicialmente hubo un aumento de las manifestaciones negativas, pero enseguida bajaron y ahora están en su promedio histórico", señaló al respecto el director del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai), Alberto Maceira.

A pesar de ello, con la Ley Justina, son 8.181 las personas que afirmaron su voluntad de ser donantes, ya que si bien la norma implica que todos estamos en esa condición, no impide que se pueda ratificar la donación voluntaria de órganos.

"El concepto de la ley es respetar la voluntad de la gente. Y si lo deja manifestado en vida es mejor para todos, para los equipos médicos, para las familias, todos están más tranquilos y seguros con que esa voluntad estaba clara. La idea no es para nada pelearse con los familiares si ocurre alguna duda", dice Maceira.

La nueva norma requiere 90 días para ser reglamentada y debe su nombre a Justina Lo Cane, la nena de 12 años que falleció el 22 de noviembre de 2017 cuando esperaba un trasplante de corazón. 

La normativa reemplaza a la Ley 24.193, que regula las actividades vinculadas a la obtención y utilización de órganos, tejidos y también células -antes no contempladas-, incluyendo la investigación, promoción, donación, extracción, preparación, distribución, el trasplante y su seguimiento.