El gobernador de Santa Fe Miguel Lifschitz sorprendió a su audiencia el sábado pasado cuando por primera vez desde que ocupa el sillón del Brigadier Estanislao López, emprendió con toda dureza contra los senadores del peronismo, sus ex-compañeros de la cámara alta santafesina.
En el marco de un encuentro con la dirigencia frentista, el mandatario pidió redoblar los esfuerzos de cara al año electoral próximo, para retener las ocho senadurías departamentales del Frente Progresísta e ir por las once que ostenta el partido justicialista santafesino, "para terminar con el chantaje y la extorsiòn".
"Necesitamos más Frente Progresísta en el senado para terminar con el chantaje y la extorsión, para avanzar rápido con los cambios y tener una reforma constitucional", fue la textual manifestación de Lifschitz que despertó polémicas.
La frase aún no había despertado comentarios públicos de los senadores del PJ, que por lo bajo, al menos uno de ellos, manifestó a este cronista "si cree que sufre chantajes o extorsiones que lo denuncie ante la justicia". Más de uno de los representantes departamentales se manifestó sorprendido por las manifestaciones de quien hasta la anterior gestión ocupaba una banca cercana, al menos en centímetros, dentro de la cámara alta santafesina.