Este miércoles, a menos de 24 horas de que se cumpla un año de aquellos dos últimos vínculos certeros con el submarino, comenzará a verificarse otra chance para dar con él. Que no es una chance más para los familiares de la tripulación desaparecida. Para las 10 de la mañana está previsto el arribo del buque Seabed Constructor al sitio en el que sonaristas de la corbeta Spiro dijeron haber oído golpeteos compatibles con "ruidos de casco". Fue durante la primera fase de búsqueda del submarino, en plena etapa de ayuda internacional.

Corría el 21 de noviembre de 2017 y la Spiro tenía asignado seguir el AVISS, la ruta que hubiera tomado el submarino hacia Mar del Plata. Se encontraba a unas 400 millas a la altura de la península Valdes, con su sonar de casco en modo pasivo, cuando detectó el ruido, a unos 700 metros de profundidad. La novedad fue comunicada al Comando de Operaciones de Alistamiento y Adiestramiento de la Armada (COAA) en Puerto Belgrano, que coordinaba el operativo. Al tiempo, dispuso el envío del buque oceanográfico Yantar para revisar el lugar. La nave de la Armada rusa no reportó ningún elemento que pudiera vincularlo con el submarino.

El jueves pasado, cuando evocaron la última zarpada del ARA San Juan desde Ushuaia, los familiares realizaron un pedido a Ocean Infinity: que no dejara el operativo sin antes investigar a fondo ese sitio. "Estamos desesperados" argumentaron en un comunicado en el que afirmaron que al submarino se lo estaba buscando "en un lugar inadecuado". Como se informó, la jueza de Caleta Olivia, Marta Yáñez ya le había pedido a la empresa que lo rastrillara, cuando se trasladó a Comodoro Rivadavia, el día que el buque Seabed Constructor realizó allí su última parada técnica. En la causa, figura el testimonio de los sonaristas de la Spiro.

Desde el mediodía de este martes, el buque noruego ya dejó el área de búsqueda, donde rastrilló cañadones en un par de zonas y comenzó su viaje hacia el sitio a barrer. Le demandará unas 20 horas llegar hasta allí. Apenas lo haga, a media mañana del miércoles, tiene previsto sumergir sus cinco vehículos autónomos submarinos (AUV) a la vez, para rastrillar el lecho. No descarta hacer bajar sus ROV si es necesario para verificar algún posible contacto. La idea es que no queden dudas de aquella alerta.

La tarea que Ocean Infinity se comprometió ante los familiares a realizar le demandará unas 24 horas, por lo que estaría culminada a la mañana del jueves 15, a un año exacto de la desaparición del submarino. También para ese momento la empresa cumpliría con los 60 días operativos mínimos que le exige el contrato firmado con el ministerio de Defensa. El acuerdo tiene vigencia hasta el 23 de diciembre, con la posibilidad de extenderlo por 6 meses más, hasta el 23 de abril de 2019. Pero hasta ahora, no hay ninguna confirmación oficial de que eso vaya a ocurrir, pese a la que la empresa manifestó su voluntad de continuar.

En el plan de la firma, figura que su buque debe realizar una revisión obligatoria en diciembre en Sudáfrica, donde ya tiene un turno asignado. El Seabed Constructor permanecería en dique seco allí para mantenimiento hasta febrero, tiempo que sería aprovechado para realizar una revisión de todas las acciones desarrolladas hasta ahora para dar el con el ARA San Juan, según le confiaron desde la empresa a los cuatro familiares que representan a bordo a la tripulación del submarino. También les avisaron que una vez completados los 60 días de labor, no retornarían a puerto, por lo que serían transbordados a un buque de la Armada, para que puedan retornar al país. Antes ya sabrán del resultado de la última esperanza antes de la partida de Ocean Infinity.