El vídeo que muestra a más de un centenar de adolescentes puestos en fila por la policía, arrodillados, con las manos en el cuello, la mochila en la espalda y la cabeza agachada, junto a un liceo en Mantes-la-Jolie, un suburbio a las afueras de París, ha sacudido a la opinión pública francesa. 

Estos estudiantes de secundaria, detenidos este jueves por las fuerzas del orden por ocasionar supuestamente varios incidentes violentos, participaban en las protestas que se suceden estos días por todo el país al calor del movimiento de los chalecos amarillos.

 El ministro de educación, Jean-Michel Blanquer ha admitido este viernes en una emisora de radio que "la imagen es forzosamente chocante", pero también reseñó que durante las protestas se han producido numerosos incidentes, y que hay más de 700 detenidos en todo el país.

Blanquer ha pedido precaución a la hora de interpretar esas imágenes que están circulando por las redes sociales y todos los medios de comunicación. "Estamos en un clima de violencia excepcional", ha señalado. 

El ministro ha contado que todo empezó con unos jóvenes ajenos al liceo, "profesionales de la violencia", que lograron arrastrar a algunos alumnos y quemaron papeleras, robaron bombonas de gas y atacaron a la policía que "trató de neutralizarlos".

La escalada de tensión durante los disturbios se ha incrementado estos últimos días en Mantes-la-Jolie. Este martes aparecieron varios contenedores de basura quemados y durante las manifestaciones se han llegado a lanzar varias piedras contra la policía, que se defendió con latas de gas lacrimógeno.

Los chalecos amarillos, un movimiento que surgió por la subida de la gasolina y el diésel en Francia, y que expresa el hartazgo de las clases medias empobrecidas de los ciudadanos de provincia, han convocado una nueva manifestación para este sábado. 

Esta semana, el presidente francés Emmanuel Macron dio un paso atrás en la polémica reforma de  encarecimiento de los carburantes que encendió los ánimos del país. Pero la protesta no cesa. El primer ministro, Édouard Philippe, ha anunciado que se está preparando "una movilización excepcional" con 89.000 agentes de las fuerzas del orden en todo el país para evitar las escenas de violencia de la semana pasada. La Torre Eiffel y una docena de museos cerrarán por precaución. (El País)