En medio de las críticas de la Iglesia por la situación social y las recientes estimaciones del Observatorio de Deuda Social de la UCA sobre un aumento de la pobreza de 5 puntos en el último año, el presidente Mauricio Macri recibió ayer en la Casa Rosada a la cúpula de la Conferencia Episcopal Argentina, quienes expusieron su preocupación por las consecuencias de la crisis económica en el terreno social. Sin brindar mayores precisiones respecto a cómo el Gobierno revertirá el actual escenario, el mandatario les advirtió: "Todavía tenemos meses duros por delante".
El encuentro, que se extendió por más de una hora, se dio en el contexto del tradicional saludo por las Fiestas, antes de que el jefe de Estado viaje a Villa La Angostura para celebrar Navidad y Fin de Año. Desde la cúpula del Episcopado, encabezada por su titular y obispo de San Isidro, Oscar Ojea, hicieron eje en las problemáticas vinculadas a la "drogadependencia" y los temas vinculados a la infancia. "Estamos en el territorio y sabemos lo que pasa, no ignoramos los problemas", les dijo Macri.
Fuentes de la Iglesia y el Poder Ejecutivo nacional coincidieron en que se trató de una reunión "cordial", aún cuando el presidente evitó hablar de "políticas concretas" para hacer frente al incremento de la pobreza, que según la UCA pasó del 28,2% al 33,6% en el lapso de un año. Días atrás, el propio ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, intentó quitarle peso a esos número al asegurar que en marzo próximo las cifras que publicará el Indec "van a ser más bajas".
"Se plantearon todos los temas sobre la difícil situación del país y los trabajos conjuntos que se vienen realizando con Cáritas y las parroquias", señaló la ministra de Salud y Desarrollo Social, Carolina Stanley, quien también participó del cónclave en el despacho presidencial.
A través de un comunicado, desde la Conferencia Episcopal Argentina sostuvieron que los representantes de la Iglesia manifestaron su inquietud no sólo por el "aumento del índice de pobreza", sino también por "la baja del consumo, el aumento del desempleo y el aumento de la desnutrición infantil".
Otra de las cuestiones que el mandatario y los obispos abordaron fue "la necesidad de trabajar en la prevención del embarazo adolescente no intencional", no obstante eludieron abrir la discusión sobre la Ley de Educación Sexual Integral (ESI), promulgada en 2006 y cuestionada por la Iglesia. De manera tangencial, el tema de la Interrupción Voluntaria del Embarazo, que se discutió en el Congreso a mediados de este año, estuvo presente en la charla a raíz de que los prelados plantearon "que existen nuevas divisiones en la sociedad por distintos debates, como el aborto", según fuentes eclesiales.
Además de Stanley, Macri estuvo acompañado por el jefe de Gabinete, Marcos Peña; el ministro de Relaciones Exteriores y Culto, Jorge Faurie; y el secretario de Culto, Alfredo Abriani. Por la Iglesia, se sumaron a Ojea, el vicepresidente primero del Episcopado, el cardenal Mario Poli (arzobispo de Buenos Aires); el vicepresidente segundo, Marcelo Colombo (arzobispo de Mendoza), y el secretario general, Carlos Malfa (obispo de Chascomús).