Los sindicatos de la actividad fabril, al tope de los más golpeados por la crisis económica, expuesta en despidos, suspensiones y procedimientos preventivos de crisis de las empresas, constituyen el principal eje dentro de la CGT a favor de agudizar la confrontación con la administración de Mauricio Macri. Prueba de ello, el líder de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Antonio Caló, acudió ayer en persona a un encuentro por la tarde con otras organizaciones industriales para poner en común sus problemáticas. Su presencia fue entendida como una señal de la gravedad de la crisis.
La reunión había sido organizada por la secretaría de Política Industrial de la CGT, que encabeza Rodolfo Daer (Alimentación), y que tuvo como invitados estelares a los dos secretarios generales de la central, Héctor Daer y Carlos Acuña. Además de Caló, que fue en compañía de Abel Furlán, participaron dirigentes de los gremios de mecánicos Smata (el otro gran sindicato fabril), curtidores (SOC), textiles, papeleros, gráficos, ladrilleros y panaderos, entre otros.
Fue una cadena de lamentaciones sólo interrumpidas por algunas advertencias: Caló confirmó que la UOM llamará a otra marcha de protesta de gremios y empresas industriales durante marzo similar a la de octubre pasado que llegó hasta el despacho del ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica. La invitación recogió la adhesión de buena parte de la concurrencia, en particular los sindicatos que integran la Corriente Federal de Trabajadores (CFT) como los curtidores de Walter Correa y los gráficos de Héctor Amichetti. De hecho para esta misma semana se prevé retomar la mesa de ayer pero con la participación de empresarios fabriles. Otro que anunció una movilización propia con reclamos fue el representante del Smata: en marzo los mecánicos marcharán al santuario de la Virgen de San Nicolás.
Durante las exposiciones no hubo un reclamo directo a los líderes de la CGT a favor de la convocatoria a otro paro nacional pero esa posibilidad sobrevoló todo el encuentro de forma implícita. Los dirigentes le exigieron a la conducción un acompañamiento decidido a todas las protestas sectoriales. En algunos espacios esa chance ya tomó forma como en la CFT, que días atrás difundió un documento en el que le demandaba a la central convocar a un Comité Central Confederal y a un plenario de delegados de las regionales para discutir un plan de lucha.