La interconectividad de los venezolanos vivió hoy otro corte ordenado por el gobierno: la operadora estatal de telecomunicaciones bloqueó Youtube durante el discurso realizado en Caracas por Juan Guaidó. Un discurso esperado en medio de las presiones de los más radicales, que exigen soluciones urgentes.
El presidente encargado anunció finalmente para el próximo sábado una protesta nacional contra los apagones y convocó para el 6 de abril el primer "simulacro" de la toma de Caracas, momento clave de la Operación Libertad con la que pretende desalojar del Palacio de Miraflores a Nicolás Maduro.
"La operación libertad es la máxima presión popular nunca antes vista en Venezuela, en cada municipio tienen que ser 20, 30 ó 40 puntos de concentración para no darles chance (oportunidad) de que nos repriman.
Llegó el momento de agitar en todos los estados, en todas las comunidades. Tenemos 800.000 voluntarios registrados, pero hacen falta más para la operación libertad", adelantó el líder opositor, quien también informó de la reunión de su mujer, Fabiana Rosales, con Donald Trump en los Estados Unidos.
La primera fase de apagones, iniciada el 7 de marzo, provocó un efecto inesperado en un pueblo que desea fervorosamente sacudirse de encima a la revolución: en vez de provocar más protesta, sumió al venezolano en una profunda depresión, temeroso de que su destino diario sea tan triste como el actual.
"Cada vez que a usted le falte la luz, el agua, el gas o el transporte público, no es momento de adaptarse, es momento de protestar. Depende de cada venezolano el cambio definitivo, nunca habíamos estado tan cerca", subrayó Guaidó, conocedor de esta especie de repliegue que ha vivido la sociedad en las últimas semanas.
"Hay que activarse en la defensa de la protesta de los ciudadanos, proteger a los ciudadanos de los colectivos armados (paramilitares chavistas), la Fuerza Armada Nacional y funcionarios policiales deben protegernos de esos colectivos", destacó el dirigente de Voluntad Popular.
De momento, los temidos colectivos, el martes atacaron el vehículo del propio Guaidó cuando salía del Parlamento, después de horas de asedio contra los periodistas. Las agresiones a diputados y periodistas se suceden desde hace 39 meses en las mismas narices de los guardias nacionales que custodian el Palacio Legislativo.
Guaidó también reconoció que el chavismo estaba sembrando las dudas y la desconfianza entre los opositores. El sector radical insiste en la aplicación del artículo 187 de la Constitución, que algunos interpretan que otorga al presidente la posibilidad de llamar a una intervención extranjera.
"No podemos caer en falsos dilemas. Eso es una opción, claro que es una opción constitucional. Pero no se puede aprobar al aire, porque no queremos la invasión rusa. Ninguna opción en manos de un tercero nos quita la responsabilidad porque la esperanza somos nosotros", aclaró el discípulo del preso político Leopoldo López.
Mientras la oposición adelantaba su hoja de ruta, el gobierno insistía en su retórica habitual, apoyada en ataques electromagnéticos que nadie ve. El chavismo mantiene que el incendio que se produjo en la central hidroeléctrica del Guri fue provocado, pese a que Maduro ordenó hace semanas su militarización, un despliegue de los militares que ya existía desde 2008. (El Mundo)