Una primera estimación del INTA sobre el impacto de las lluvias en la ganadería del centro norte santafesino indica que la actividad de cría sufrió la mortandad de terneros y menores índices de preñez. Ambos indicadores anticipan una menor producción, con mayor impacto el próximo año a causa de menores pariciones.
El trabajo, realizado en el Centro Operativo Angel Gallardo de Santa Fe, sostiene que “se pudo determinar perdidas por mortandad de teneros que alcanzaban un porcentaje mayor al 10% como producto de los nacimientos de los terneros en el agua, miasis e infecciones. Y valores de hasta un 15% menos en el índice de preñez o mermas, producido a consecuencia del stress, falta de condición corporal, abortos, etc.”.
Si bien se aclara que el diagnóstico se realizó a partir de “un numero bajo de establecimientos relevados que llevan planillas de registros”, al momento de cuantificar el daño el cálculo de mortandad de los terneros en la actual campaña rondaría los 55.000 animales. A su vez, por “las mermas reproductivas por falta de preñez y abortos” se espera un mayor perjuicio en la próxima campaña, cuando podrían llegar a faltar unos 83.000 terneros en la región. “Estos números son incipientes”, advierte el trabajo, y consideran que debería respaldarse “con mayor información de relevamientos en todos los departamentos de la provincia”.
Los daños mencionados se producen, detalla el “Informe de Situación del Sector Ganadero”, por las lluvias copiosas cuyos milímetros “superaron ampliamente las medias mensuales, llegando en algunos casos a superar los 1.000 mm en un periodo no mayor a los 60 días”.
Las precipitaciones -detalla el trabajo- comenzaron a partir de octubre del 2018 y se extendieron hasta los primeros meses del 2019. “Esto trajo aparentado las crecidas de los ríos, lagunas y anegamiento por largos periodos de los campos e islas, afectando seriamente a las explotaciones ganaderas de Cría Bovina”.
Fuente: Campolitoral