Con una propuesta formal, el grupo español Alaisa se convirtió en otro jugador de peso que puja por quedarse con el control de la cooperativa SanCor, tras el conocido interés de la neozelandesa Fonterra.
Especializado en la comercialización y distribución de productos alimenticios, el grupo, que maneja activos financieros por u$s 1500 millones, manifestó su interés por adquirir el control mayoritario (51%) de la láctea. Ofreció la suma de u$s 130 millones, para quedarse con la mitad de las acciones de la "Sociedad Anónima en gestación", moción aprobada por los socios de la cooperativa en la Asamblea Extraordinaria realizada a fines de mayo.
Además de este aporte, la compañía ofrece la disposición inmediata de una línea financiera exclusiva para productores y tamberos, cerca de 400, "para que puedan actualizar sus sistemas de producción incorporando tecnologías y otros bienes que ayuden a incrementar los volúmenes de producción significativamente". Dicha línea, estimada en principio entre u$s 80 y u$s 100 millones tendrá una tasa de costo equivalente al 2% anual en dicha moneda.
Fuentes de la compañía adelantaron que ya se mandaron todos los antecedentes solicitados por SanCor, y la ampliación y explicación de la propuesta (pedido que la propia cooperativa solicitó a Alaisa tras la formalización de la propuesta de adquisición). Esos documentos ya fueron enviados por intermedio del estudio Orlando Ferreres y Asociados.
La propuesta implica al grupo hacerse cargo del pasivo de la cooperativa, estimado en $ 8000 millones, aunque desde la potencial compradora indicaron que tendrán mayores precisiones una vez que se pueda realizar una auditoría general de la empresa. La estimación indica que del total del pasivo, unos $ 2400 millones corresponderían a deuda impositiva con el Estado nacional, y cerca de $ 6000 millones de deuda con proveedores. De este pasivo, que buscarán refinanciar, un total de u$s 30 millones corresponde a deuda de corto plazo. En total, desde la empresa explicaron que planean destinar una inversión de u$s 350 millones.
Más allá de los números, destacaron el compromiso de lograr una renegociación de la deuda y no despedir personal de la compañía, algo que habría surgido tras la reunión que las partes tuvieron el pasado 10 de agosto. Actualmente, SanCor trabaja al 50% de su capacidad, con sólo seis de las 12 plantas en funcionamiento, y con un plantel de cerca de 4000 empleados. Según se desprende de las cartas intercambiadas por las compañías, el objetivo de Alaisa es desarrollar una política "fuertemente productiva", de manera que SanCor "recobre nuevamente mercados tradicionales para los productos alimenticios argentinos, en el mercado interno como externo".
El grupo de origen español opera principalmente como distribuidor de productos alimenticios, fundamentalmente con base en España, México y Shanghai (China). Por ejemplo, maneja clientes como el Ejército turco, a los que provee de raciones de comida o el propio ejército de los Estados Unidos. Según comentaron, el grupo mantiene relaciones asiduas con los mercados chino, árabe y europeo, proveyendo productos como derivados de pollo, cortes de cerdo, quesos o jamón ahumado. Si bien significaría su ingreso al país, uno de los socios fundadores del Grupo es argentino radicado en España (la compañía solicitó la reserva de su nombre). En el país, el apoderado de la firma es Carlos Docchio. La adquisición de SanCor sería la primera empresa de alimentos que compraría el grupo.
Fuente: El Cronista