La epidemia de ébola que azota al noreste de la República Democrática del Congo está en su pico de máxima expansión y totalmente fuera de control. En la última semana se han detectado una media de 20 nuevos casos cada día.
La epidemia de ébola que sufre el Congo es ya la peor de toda su historia médica y las instalaciones sanitarias y el rechazo de la población a acudir a los centros de tratamiento están en el origen de este empeoramiento.
El brote, que comenzó el pasado agosto, hace ya nueve meses, se acelera y alcanza los 970 muertos y los 1.480 contagios. Se ha convertido en la peor epidemia de ébola de la historia del país.
John Johnson, coordinador de emergencias de Médicos sin Fronteras, asegura desde la provincia de Kivu del Norte que están “en un periodo muy inquietante de pérdida de control del brote, con un notable incremento de las zonas de salud afectadas”.
Uno de los aspectos más preocupantes es que al menos la mitad de los fallecimientos se está produciendo en el seno de la comunidad o en hospitales que no están preparados para hacer frente a esta enfermedad, lo que multiplica el riesgo de contagios, tanto entre la población como entre el personal sanitario, que ha sufrido el 10% de los fallecimientos, según datos del Ministerio de Sanidad congolés.
“La inseguridad reinante en la zona no ayuda, pero no es solo eso”, añade Johnson, sino que hay un “grave problema de recursos”. “Está fallando el seguimiento de contactos, ya sea por la violencia o por la debilidad de la capacidad de respuesta.
La mayor parte de los nuevos casos no surgen entre los contactos identificados y esto significa que hemos perdido el hilo de la enfermedad. Surgen nuevos focos y la zona activa de la dolencia es cada vez más amplia”, prosigue. (ELPaís)