Este domingo, el segundo distrito electoral más importante del país define su rumbo por los próximos cuatro años. Los comicios son claves tanto para el macrismo como para el peronismo. Por un lado, Córdoba fue, en 2015, la provincia que más respaldó la elección del presidente Mauricio Macri y del frente electoral Cambiemos.
Pero, por el otro, es el distrito más grande que gobierna el peronismo con Juan Schiaretti al frente, principal candidato que va por la reelección con el objetivo de estirar a casi un cuarto de siglo el dominio político en la provincia. Será bajo el signo del primer comicio provincial sin el ex gobernador, José Manuel de la Sota, fallecido en un accidente automovilístico en setiembre del año pasado.
Después de varias semanas de idas y vueltas y de cruzar chicanas, Ramón Mestre y Mario Negri se presentan por separado para la gobernación. Por la Unión Cívica Radical (UCR), Mestre, actual intendente de la Capital, es acompañado por Rodrigo de Loredo, ex titular de Arsat, a la intendencia. Negri, jefe del interbloque Cambiemos en Diputados, va por la Lista Córdoba Cambia, junto a Luis Juez en la intendencia.
El escenario es ideal para la reelección de Schiaretti, no sólo por la división de Cambiemos sino por la gran ausencia del kirchnerismo. La lista encabezada por el diputado Pablo Carro se bajó el mismo día de la presentación de las nóminas. No hubo una versión oficial, aunque todo indica que la intención de Cristina Fernández de Kirchner sería “no molestar” a Schiaretti en su territorio para obtener algún tipo de apoyo a nivel nacional en octubre.
Las encuestas, que en las últimas oportunidades han quedado muy lejos de la realidad, indican que el oficialismo volverá a quedarse la provincia sin muchos problemas y que la buena imagen de Schiaretti le daría votos al candidato a intendente para la capital, Martín Llaryora.
Incluso, hay sondeos que proyectan una victoria por más del 50% de los votos, superando incluso un récord por encima del 52% que obtuvo la fórmula conjunta de De la Sota y Schiaretti en 2003. El segundo puesto, de acuerdo a los encuestadores, está en "empate técnico" entre Negri y Mestre.
Desde Casa Rosada saben que la elección es por demás complicada: aspiran a que Negri alcance, por lo menos, 30 puntos, y que la diferencia con Schiaretti sea de 12 puntos. Además, confían en duplicar en votos a Mestre, a quien acusan que ser funcional al peronismo, que a su vez habla de una diferencia de más de 20 puntos. El principal miedo es una posible victoria de Llayora en la Ciudad de Córdoba, la segunda más grande del país.
Un contundente triunfo de Schiaretti, que forma parte de Alternativa Federal junto a Sergio Massa, Juan Manuel Urtubey y Miguel Ángel Pichetto, lo posicionaría como la figura y el gran ordenador del peronismo no kirchnerista.
Para Cambiemos, perder la Provincia, pero sobre todo la capital, histórico territorio radical, sería un durísimo golpe de cara a las elecciones presidenciales de octubre, pero también lo sería para el radicalismo que ya viene muy dividido y golpeado en dicho territorio.
Consciente de esto, el acuerdo de la Casa Rosada con el gobernador Schiaretti es similar al de Neuquén: la estrategia es estar cerca del ganador en provincias donde saben que pierden. El interrogante será qué posición tomará el actual mandatario en octubre y hacia dónde dirigirá sus votos.
Además de Schiaretti, Negri y Mestre, hay otros diez partidos que presentan sus listas, entre ellos el Frente de Izquierda, Encuentro Vecinal Córdoba y el MST-Nueva Izquierda.
Fuente: Diario Popular