El gobernador electo Miguel Lifschitz sentó ayer en un conocido bar de Bulevar Pellegrini, a la mayoría de los diputados electos que lo acompañarán desde diciembre próximo, tras la mayoría parlamentaria obtenida en la cámara baja santafesina.
Sólo estuvieron ausentes dos electas legisladoras con las explicaciones del caso, confirmó una fuente participante. Según se supo, el mandatario y diputado electo evitó planteos de catarsis a raíz de la derrota electoral que determinó la pérdida del gobierno provincial.
Por el contrario, en la conversación de tono “ameno” según explicó un asistente, se repasó las llamadas “fortalezas” del Frente Progresista. En ese sentido, se destacó el triunfo en la boleta de diputados que encabezaba el propio Lifschitz, los 7 departamentos provinciales representados por bancas en la cámara de senadores y la “territorialidad” de esa fuerza política, contabilizando las administraciones comunales y municipales conservadas y también ganadas.
Según trascendió, no hubo reproches sobre la derrota electoral que significó después de 12 años, la entrega del poder provincial al peronismo, de la mano de Omar Perotti.