Además de la pérdida de puestos de trabajo, la actividad textil bajó un 18,6% en el primer semestre del año, se cerraron 300 empresas en lo que va del año y se registraron 21 meses consecutivos de caída en las ventas.
"Este Gobierno no le dio importancia a la industria nacional, más bien todo lo contrario", dijo Yeal Kim, presidente de la Fundación Pro Tejer, en la previa de la convención anual ProTextil, el evento anual que nuclea a las empresas del sector.
Además de Kim, el evento contó con la presencia del director ejecutivo de la entidad, Ariel Schale, el vicepresidente de la cámara, Jorge Sorabilla, y el secretario de Pro Tejer, Luciano Galfion. Todos coincidieron en que la crisis económica de los últimos años "no distinguió en su capacidad destructiva ni a sectores de actividad ni a tamaños de empresa".
La decimoquinta edición de ProTextil está marcada por un cambio de clima político. Si bien año a año el informe que presenta la Cámara se fue tornando más crítico de la política económica, este año se habló de "destrucción del sector". Los invitados a disertar en el evento acompañan está idea.
Este año no habrá funcionarios oficiales, sino que estuvo presente Matías Kulfas, quién suena fuerte como ministro de Hacienda de un eventual gobierno de Alberto Fernández.
Respeto al uso de la capacidad instalada en el sector textil, en los últimos 12 meses el porcentaje se clavó en 47,8%. Para encontrar una cifra similar en el rubro, hay que retrotraerse a 2002.
La mayoría de la mano de obra empleada son mujeres. Pero además, los propios empresarios señalaron que parte del trabajo se terceriza en trabajadores de la comunidad boliviana. "Muchos de ellos volvieron a su país de origen", explicaron en una rueda de prensa.
Entre los principales reclamos del sector se encuentra la carga tributaria y las altas tasas de interés: "El 50% de los precios al consumidor final son impuestos". Además, enumeraron los costos de la energía. "¿Qué le vamos a exportar a Europa? ¿Tasas del 80%?", señalaron.
La inestabilidad del dólar también es compartida por los industriales como una problemática que afecta al sector.
Respecto a la cadena de pagos en efectivo el rubro, señalan que es difícil de medir su atraso. "Prefiero no vender si sé que no me pueden pagar", señala un empresario, y agrega que "entonces no tengo mora porque directamente no vendo".
Mención aparte merece la apertura indiscriminada de importaciones. Si se toma el periodo 2015 a 2018 la importación de prendas de vestir se incrementó en 123,5%. La cifra bajó en 2019 debido a la devaluación, pero aún así sigue siendo alta: medida en toneladas, el incremento de este año respecto a 2015 es de 76,2%.
Consultados sobre la firma de acuerdos con bloques internacionales anunciados por este gobierno, los empresarios dijeron estar a favor de los acuerdos. "Pero uno no se inserta en el mundo firmando tontamente papeles, eso no te convierte en Alemania" cuestionaron.
Un mensaje a la política
El lema de este año del evento que nuclea a las empresas textiles es "El futuro es textil". El objetivo, en tanto, es que la jornada sirva como "un me sale hacia la oferta electoral".
Los empresarios del rubro comparten que durante este gobierno "se desplegaron fuerzas para callar" la problemática que atraviesa el sector.
Respecto a las expectativas sobre un eventual gobierno de Alberto Fernández, apuestan a la "reactivación y una estimulación de la demanda". No obstante, coinciden que 2020 no será un año fácil.
Fuente: Ámbito.com