La deforestación en la Amazonía brasileña creció un 80 por ciento en septiembre pasado frente al mismo mes de 2018, según un estudio privado divulgado hoy que cifra en 802 kilómetros cuadrados la masa forestal perdida en esa región.
El Instituto del Hombre y el Medio Ambiente de la Amazonía (Imazon), que analiza el mayor bosque tropical del planeta desde hace casi tres décadas, señaló en su informe que 48% de la deforestación ocurrió en terrenos privados, 31% en asentamientos, mientras 14% afectó a unidades de conservación protegidas y el 7% restante a tierras indígenas.
Los estados brasileños más afectados por la tala de árboles en la Amazonía, que engloba un total de nueve, fueron Pará (53%), Rondonia (13%), Amazonas (11%), Acre (11%) y Mato Grosso (10%).
Imazon es un instituto de investigación sin ánimo de lucro compuesto por investigadores brasileños que usan la información suministrada por varios satélites para monitorear la Amazonía y divulgar datos sobre la deforestación en esa región.
Organizaciones medioambientales y de derechos humanos afirman que detrás de la tala indiscriminada de árboles actúan redes mafiosas, que después queman esas zonas desforestadas para destinarlas a la ganadería y la agricultura, consignó EFE.
En agosto, los incendios en la Amazonía brasileña fueron los peores de la última década, lo que fue denunciado por ONG internacionales que apuntaron por eso al discurso antiecologista del presidente del país, Jair Bolsonaro.