La mamá de Fernando Báez Sosa, el chico asesinado hace un mes por un grupo de rugbiers en Villa Gesell, aseguró que su vida "no es fácil" desde el crimen de su hijo y sentenció entre lágrimas: "Veo su cama tendida y sé que nunca volverá".
A un mes del ataque que terminó con la vida de Fernando, Graciela subió al escenario montado en la plaza del Congreso, en Buenos Aires, donde una numerosa marcha pidió justicia. Micrófono en mano y sostenida por sus allegados, la mujer agradeció una y otra vez a los presentes. "Mi vida no es fácil sin ustedes. Y con su ayuda se va a hacer realidad: que se haga justicia, con lo que le hicieron a mi hijo y con todas las víctimas de violencia", sostuvo la mujer, que a duras penas podía sostenerse por sus propios medios.
"No le dieron oportunidad de defenderse, lo mataron a traición. Un chico decente, bueno, que amaba la vida", sostuvo, y dijo que Fernando "tenía una meta, un objetivo, lo tenía escrito, y lo que le hicieron nos arruinó la vida a todos los que lo queremos".
Graciela añadió: "Todo se nos vino abajo, era nuestro sostén. Mi casa está vacía. Cuando me levanto y veo su cama y está vacía, tendida, esperándolo, pero sé que nunca volverá".
"Amaba a su novia, eran felices, tenían ilusiones, un proyecto junto. Le arruinaron la vida a esta chica", remarcó, y concluyó señalando: "No estoy bien pero al verlos a ustedes siento que me dan la energía para seguir luchando por mi hijo. ¡Quiero justicia!".
Fuente: La Capital