El doctor Tomás Orduna, médico infectólogo del Hospital Muñiz de Buenos Aires e integrante del equipo de expertos que asesora al gobierno nacional, sostuvo esta mañana en LT9 que "cuando el virus llegó a Italia estábamos desde Argentina mirando con detenimiento cada avión que llegaba de Europa pero estábamos convencidos que se necesitaban fases. Empezamos con los que llegaban mirando los casos positivos y cuando comenzó a haber algunos contactos con los que llegaron de afuera y circulación local vino el distanciamiento".

"Después llegó el aislamiento además del distanciamiento. Y eso fue porque ya se había avanzado con transmisión local y la única manera de evitar contactos era estar cada uno en sus casas y eso fue el 20 de marzo. Esto fue una evolución de paso a paso y todos pusieron mucho oído a los que se dijo desde los expertos y también consensuaron con los ministros para tomar las decisiones", agregó sobre los comienzos de la pandemia y las medidas que se tomaron en el país.

Sobre la flexibilización consideró que "por cuestiones de la economía hay que abrir grifos de a poco, pero de una manera pensada y evaluada día por día. Y el distanciamiento social tiene que ser la base de la actividad. El respetar el distanciamiento es vital para que podamos ir hacia una apertura controlada de las actividades productivas".

En referencia a los números actuales en el país, Orduna señaló que "estamos en un número hiper achatado, y muestran que el trabajo de toda la sociedad argentina ha logrado un objetivo que era achatar la curva, ahora hay que ver cuando se va abriendo. Nosotros hace ocho semanas si teníamos los modelos de Europa estaríamos en más de 120 mil casos. Veamos lo de España, Italia, Francia, Inglaterra, o lo de EE.UU. y Brasil".

El especialista también mencionó a "las villas y el gran Buenos Aires, donde hay un foco muy caliente como ocurre con el gran Rosario, y hay que poner un gran trabajo. Hay que empezar a hacer el casa por casa con difusión, con detección de casos sospechosos, con los adultos mayores y que son más frágiles potencialmente".

Acerca del transporte público reconoció que es un tema muy álgido, "siempre el subte es una lata de sardinas decimos, y ahora hay que ver cómo se moviliza la gente para llegar a su trabajo y ver cómo se pueden realizar alternativas como el uso de combis o transportes punto a punto, con distanciamiento social adentro. Esto genera una dificultad que requiere mucho trabajo para minimizar los contactos".

"Todo lo que sea eventos de masa, no lo vemos posible hasta después de septiembre. Tenemos muchísimas posibilidades de vacunas, en etapas pre clínicas y cuatro que ya comenzaron con la fase uno en grupos de humanos y quizás podamos pensar que en un año tengamos una vacuna que sea eficaz, de fácil administración, sin efectos adversos y que genere una protección del 80 por ciento de los vacunados y que sea monodosis", pronosticó en otro tramo de la entrevista. 

"Un año si esto ocurre, podría servirnos para la próxima temporada de invierno porque va a seguir circulando coronavirus, porque habrá una potencial segunda ola como mínimo y podrá servir para las próximas temporadas", finalizó.