Días atrás decíamos que los tiempos que corren nos enfrentan a situaciones que resultan difíciles hasta de describir por la diferencias de matices, pero que en definitiva exigen un esfuerzo personal y social significativo para rescatar valores como la solidaridad, la templanza y sobre todo la tolerancia.
Es que por imperio de esta pandemia que vino a poner de cabeza a mundo se han trastocado todas las actividades económicas con fuertes perjuicios para los estados, las empresas, los comercios, etc… y ni hablar para aquellos que se mueven en circuitos de la economía informal.
Con el correr de los días y las semanas los bolsillos se soldaron, las cuentas crecieron y la presión de la caldera aumentó al ritmo de la expectativa de una flexibilización mayor a la hasta ahora anunciada.
El interior, Rosario y Santa Fe
En nuestra provincia el interior muestra progresivamente un panorama diferente al de los grandes conglomerados de Rosario y Santa Fe, no obstante lo cual las autoridades siguen recomendando la máxima precaución a la hora de las salidas graduales del confinamiento. Si por desgracia se dispara una alarma por un nuevo caso, las cosas se retrotraerán a su inicio.
Y de esto hay numerosos ejemplos en el mundo donde los gobernantes tuvieron que dar marcha atrás a las desescaladas programadas, sobre todo, porque la población no reparó que el escenario de peligro que impone esta pandemia, sigue presente.
En el pago chico, y de esto venimos hablando casi a diario, se redoblan los esfuerzos, se suceden las reuniones con los sectores del trabajo, las autoridades revisan nerviosamente las estadísticas y se intentan encontrar salidas a tantos reclamos para volver a una situación anterior, pero en un mundo que a partir del coronavirus, cambió.
Ayer el presidente Alberto Fernandez dijo que se estaban cumpliendo con los objetivos fijados en el marco del aislamiento dispuesto y que de mantenerse la actual tendencia con respecto a los casos registrados, se avanzaría hacia una apertura mayor de las actividades.
Pero también es cierto que esto guarda una relación directa con el comportamiento social, que bajo ningún punto de vista debería relajarse al igual que los controles.
Pago chico
Ayer la plaza de Mayo de nuestra ciudad concentró a un grupo de comerciantes quienes reclamaron volver a la actividad con la promesa escrita en un protocolo que respete a raja-tablas las recomendaciones sanitarias.
Mientras esto se daba frente a la Casa Gris, las autoridades provinciales y municipales y representantes gremiales del sector mantenían una reunión virtual.
El primero en expresarse fue el intendente Jatón quien dijo se estaba trabajando para reabrir, lo antes posible, el comercio en Santa Fe pero con los cuidados necesarios.
A favor de los veintiocho días que llevamos sin casos en nuestra ciudad, muchos se preguntan si no es tiempo de flexibilizar la cuarentena. La respuesta está en manos no sólo de los especialistas ni de las autoridades sino que forma parte también de la aceptación social que las cosas definitivamente cambiaron y nosotros debemos también cambiar. Oscar Fruttero