El sacerdote se encontraba leyendo el evangelio, cuando de pronto su celular sonó en su bolsillo. Era el papa Francisco. Y la llamada sorprendió a todos. Así, en pleno discurso, el cura se alejó por un momento del atrio, sostuvo una breve charla en privado y luego volvió al lugar para develar el misterio.
En medio de un diálogo respetuoso, el Sumo Pontífice saludó al religioso, a los asistentes, pidió que rezaran por él y dijo: "Dale mis saludos a tus feligreses, la bendición y que recen por mí".
Domínguez García puso su teléfono en alta voz para que todos pudieran escucharlo. No fue esta la primera vez que hablaron. Francisco y Domínguez tienen un vínculo desde 2013, cuando a punto de cumplir 25 años como religioso, el mexicano le escribió una carta al Papa en la que le comentaba su alegría por su elección.
"Le pedía su bendición para mí y mis compañeros de sacerdocio y le aseguraba mi oración ante el Padre Celestial y la Virgen de Guadalupe", contó Domínguez, de 61 años, sobre ese mensaje según publica el portal Excelsior.
Asimismo, en la carta había escrito: "Necesitamos un Buen Samaritano, un Padre Misericordioso, un Hijo que nos lave desde adentro. Jueces ya tenemos demasiados. Necesitamos propuestas de una formación diferente, desde el Seminario, y luego en el sacerdocio de manera permanente, para caminar hacia la conversión integral, hacia la evangelización de toda nuestra vida, para ser agentes eficaces en la mies del Señor.
Necesitamos palabras y gestos de aliento que entusiasmen nuestra entrega". El llamado sorpresa de Francisco tuvo lugar el mismo día en que retomó su agenda pública con una reunión en el Vaticano con varias delegaciones de deportistas.
Sin barbijos pero con distancia social, los participantes estuvieron sentados en varias sillas separadas para evitar el contagio.
Según explicaron los organizadores del encuentro, los deportistas decidieron contribuir con la actual emergencia sanitaria por el coronavirus y organizar una subasta benéfica en favor de los hospitales Papa Giovanni XXIII de Bergamo y Fundación Poliambulanza de Brescia, ambas ciudades de la región de Lombardía, una de las más afectadas por la pandemia. (La Nación)