Alberto "Conejo" Tarantini, campeón con el seleccionado de fútbol que ganó el Mundial de Argentina en 1978, habló con LT9 al cumplirse otro aniversario del campeonato que estuvo signado además por el contexto de violencia y represión perpetrado por la dictadura cívico militar que gobernaba el país.
"Un día antes estaba muy ansioso, que es lo peor que puede sentir un jugador cuando va a definir un partido de esta trascendencia. Era la primera vez que Argentina llegaba a una final, en su país, con su gente. Creo que es lo mejor que te puede pasar", sostuvo el futbolista en diálogo con Adrián Brodsky.
Consultado sobre las diferencias de la concentración de aquella época con los nuevos tiempos, Tarantini recordó que "teníamos una sola televisión, para mirar era imposible. Jugábamos a las cartas, había un billar. Pero después era todo fútbol y entrenamiento. Nosotros arrancamos en febrero la pretemporada y terminamos el 25 de junio en la cancha de River".
"Creo que en la cabeza de cada jugador estaba llegar a la final y ganarla. El argentino quiere ganar desde que sale a la cancha, siempre quiere que su equipo salga campeón. Aparte había muy pocos equipos que habían salido campeones del mundo en sus propios países", indicó "El Conejo".
Respecto el recordado partido contra Holanda, señaló que "sabíamos completamente todo de cómo jugaban, cuáles eran sus fuertes, qué jugadores eran importantes. Si creían que era solo folcklore, estaban equivocados. "El Flaco" Menotti estudiaba a todas las selecciones".
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