“Podríamos aumentar las exportaciones en u$s2.500 millones anuales”, confió a Ámbito una importante fuente de la cartera a cargo de Felipe Solá.
Como se dijo, el Gobierno argentino ya envió un principio de acuerdo marco que China debe contestar. “Estamos conversando el modelo de memorándum, el Ministerio de Agricultura chino lo está considerando. Pensamos que faltan una serie de charlas porque pusimos algunas condiciones”, dijo el secretario de relaciones económicas internacionales Jorge Neme.
Las condiciones de la propuesta argentina son: la participación de los productores y cooperativas locales en el proceso, la utilización exclusiva de mano de obra argentina y la potestad del Gobierno para participar en la localización geográfica de las granjas.
El país asiático es actualmente el mayor productor y principal consumidor de carne porcina. Pero a fines de 2018 sufrió una epidemia de gripe porcina africana que le generó un importante déficit en el stock de ganado. Lo que llevó al Gobierno chino a buscar otras latitudes donde reubicar ese faltante.
En este sentido, Argentina viene especializándose en producir la proteína que alimenta a los cerdos desde hace varias décadas. Ese expertise y la necesidad del Gobierno de generar divisas lo transformaron en el candidato perfecto para esta inversión.
“Queremos fomentar la agregación de valor, desde el Ministerio de Desarrollo Productivo apuntamos a potenciar las cadenas y diversificar las exportaciones”, dijo a Radio Con Vos, Daniel Schteingart, director del Centro de Estudios para la Producción del Ministerio de Desarrollo Productivo.
La difusión de estas negociaciones produjo el rechazo de un grupo de asociaciones y referentes medioambientalistas que difundieron un documento que critica la posible instalación de las granjas industriales. “Estos centros se convierten en un caldo de cultivo de varios virus y bacterias resistentes que pueden provocar nuevas infecciones con daños incalculables”, dice el texto.
Desde Casa Rosada creen que falta información al respecto: “El sector porcino en Argentina ya produce bajo el sistema intensivo. Casi el 70% de la carne de cerdo surge de granjas tecnificadas”, señalaron.
Otro argumento que el Gobierno opone al reclamo medioambiental es que esto tendría un efecto positivo en la “desojización”. Consideran que la mayor demanda de maíz para alimentar a los cerdos podría generar un alza en el precio que colabore a diversificar la canasta exportable.
Por último, también señalan como efecto positivo la federalización de la producción.
La intención es que estas granjas se instalen por fuera del área pampeana para potenciar zonas postergadas. La Rioja, Catamarca, Corrientes y Chaco son algunas de las provincias que se barajan.