Son líneas que creó el gobierno de Cristina Fernandez de Kirchner y obligaba a los bancos a prestar una parte de su liquidez a tasa inferior a la de mercado.
El Banco Central informó que las entidades financieras dejarán de estar, en forma gradual, obligadas a otorgar un porcentaje de sus préstamos para "proyectos de producción".
“Los bancos tendrán que seguir financiando proyectos productivos -a una tasa diferencial- hasta diciembre de 2018, cuando quedarán liberados de ese esquema”, declaró el titular de la entidad crediticias, Federico Sturzenegger.
Las tasas de interés de estos préstamos estaban siendo prefijadas específicamente por el Central, para que fueran accesible.
Este plan de financiar con créditos especiales nació bajo la gestión de Mercedes Marcó del Pont en el Banco Central. Se obligó a una veintena de bancos -encabezado por el Banco Nación- que prestaran un porcentaje de sus depósitos a tasa subsidiada.
La visión oficial era que las entidades tenían mucha liquidez y solo la destinaban a créditos de corto plazo para financiar el consumo. El Central le diría a cada banco cuánto dinero tienen que destinar a esta línea de financiación.