La ministra de Salud de Santa Fe, Sonia Martorano, brindó precisiones de la función que cumplirá el Hospital Militar que se está instalando frente al Cullen para aliviar el sistema de salud de la capital provincial, en medio de la segunda ola de coronavirus que mantiene un alto nivel de ocupación de camas críticas a lo largo y ancho del territorio santafesino.

"Va a ser un gran apoyo para el Hospital Cullen. Es un momento muy álgido de la segunda ola que tiene mayor contagiosidad, que es mucho más agresiva como estamos viendo en las radiografías, y que tiene preponderancia por gente joven. Tenemos un promedio de 46 años en Terapia, con no tantos casos tenemos un promedio de 12 ingresos por día en terapia. Por eso necesitábamos un apoyo logístico", indicó la funcionaria santafesina en el móvil de Leo Botta.

En ese sentido agradeció al ministro de Defensa, Agustín Rossi, por la rápida respuesta ante el requerimiento del Gobierno provincial y "a toda la gente del Ejército y del Liceo (General Belgrano) que están trabajando para que esto se pueda generar".

"Es una expansión rápida: vamos a tener una parte de ingreso, de administración, hay lugar para hasta 50 camas que se pueden colocar en distintas salas, también Enfermería, médicos, servicios de apoyo. Vamos a hacer una conexión directa entre el Hospital Militar y el Cullen", describió Martorano sobre las características del centro de salud móvil que sigue en proceso de armado.

Y agregó: "Hay cuestiones logísticas que se están trabajando que tienen que ver con la energía, el agua y la conexión física con el Cullen. Probablemente la semana que viene lo podamos tener funcionando para resolver la demanda no solo de la ciudad sino de la región centro-norte".

Respecto a los largos traslados que se dan desde localidades más pequeñas a hacia las más grandes que tienen nosocomios para atender mayores complejidades, la ministra aseguró que se han hecho desde Ceres, desde Santa Fe a Rosario. "Tenemos un sistema federal provincial y de regionalización",, indicó.

"El aumento de casos que se ve en el territorio provincial va de la mano con lo que ocurre a nivel nacional. Lo más preocupante no es la cantidad de casos, porque con 1800 el año pasado el sistema de salud no estaba tenso. Sin embargo, hoy con menos casos tenemos gran cantidad de ingresos (internaciones) a terapia intensiva y de gente joven", explicó Martorano.

Además dijo que la bimodalidad de las clases entre presencialidad/virtualidad "está siempre en evaluación y monitoreo constante". "De las burbujas que tenemos, solo el 1.2 por ciento se activaron, es bajo. No se han visto contagios dentro de las escuelas, están muy protegidos los chicos. Personalmente lo que nos preocupa es el afuera, en las puertas de las escuelas o lo que tenga que ver con el transporte. Hay que trabajar fuertemente en eso".

"Si nos preocupa la gran saturación de camas, más que nada porque es un recurso finito", que fue explicada por Martorano por la mayor agresividad con la que se manifiesta el nuevo virus en esta segunda oleada. "Eso es lo que la gente tiene que comprender. Es muy diferente a la primera, un virus muy contagioso, de rápida replicación, muy agresivo que en horas deja a una persona con respirador con mucho más días de terapia", enfatizó.

"Necesitamos bajar el nivel de contagios, hay que entender lo que está ocurriendo, evitar la socialización. Los protocolos se cumplen en los lugares de trabajo y después debemos irnos a casa y nos quedamos, nos manejamos en burbujas. Es el momento de cuidarnos porque las camas son finitas", concluyó.

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