El río Paraná había descendido otros siete centímetros durante el fin de semana y en esta mañana marca 0 centímetros en el hidrómetro del puerto de Santa Fe ciudad.
La situación actual es similar a la acontecida en 1944.
El Instituto Nacional del Agua (INA) pronosticó que “persiste un panorama claramente desfavorable al 30 de septiembre, con cierta probabilidad de extenderse, al menos, a los cuatro meses siguientes”.
El INA también señaló que julio será “especialmente crítico” para las “tomas de agua para consumo urbano, para refrigeración de plantas de generación de energía y para procesos industriales”. También advirtió sobre problemas en “la navegación fluvial, la fauna de peces, la estabilidad de las costas” y la “exposición a incendios en orillas e islas”.
El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, encabezó el viernes pasado una nueva reunión del comité de crisis permanente, que se conformó para monitorear la bajante histórica del Río Paraná.
Allí se definió la puesta en marcha de diferentes procedimientos estipulados en el Sistema Nacional de Gestión Integral del Riesgo (SINAGIR), "para contener las consecuencias, como así también un Fondo de Emergencia Hídrica de $1000 millones, para la asistencia de las provincias y localidades afectadas", se anunció.