Por estas horas es materia de investigación lo sucedido el viernes pasado en la URI de la Policía de Santa Fe, donde también funciona la sede de la Brigada Explosivos de la fuerza.
Por el hecho hay dos efectivos que aún continúan internados en la Terapia Intensiva del Hospital Cullen, con diferentes grados de afectación.
Pero el interrogante que se abre está relacionado con el destino final del material pirotécnico que estalló en la mañana del viernes 13 de agosto en una oficina de la mencionada Brigada con sede en el edificio de la Unidad Regional I.
La primera voz oficial que se hizo oír fue la del subsecretario de la Agencia de Prevención de Violencia con Armas de Fuego, Lautaro Sappietro, que en el móvil de LT9 había expresado que se trataba de "pirotecnia de operativos entre Fiscalía y municipio que habían realizado el año pasado". "Estaban a la espera de que entre fiscales, jueces y el municipio se decidiera el lugar donde desnaturalizar el material", había apuntado en el mismo sentido.
Sin embargo, fuentes que han integrado áreas de control de la Municipalidad de Santa Fe indicaron que ese material, unos 2.800 kilogramos de pirotecnia, no tenían que estar allí porque una vez que se decomisan deben ser destruidos.
Durante el fin de semana, desde el Ministerio Público de la Acusación contradijeron los dichos de Sappietro al manifestar que no la fiscalía no interviene en los operativos de pirotecnia porque no configuran un delito, sino una infracción a la ordenanza local de pirotecnia cero sancionada por el Concejo e implementada por el Ejecutivo.
Así las cosas, lo concreto es que la explosión de pirotecnia en la jefatura policial de la ciudad de Santa Fe está siendo investigada por la fiscal María Laura Urquiza, quien ya pidió un inventario de los elementos que estaban guardados allí, entre otras pericias.