La semana pasada la Comisión Técnica de Bioseguridad de Brasil decidió postergar la liberación comercial del trigo transgénico HB4 desarrollado por la empresa argentina Bioceres. En la sesión ordinaria del organismo brasilero se decidió esperar la información que se solicitó a los empresarios.
El cereal que genera polémica por su resistencia al glufosinato de amonio puede cultivarse en Argentina, aunque su comercialización depende del visto bueno del país vecino, el mayor comprador.
El gobierno argentino había preaprobado el trigo transgénico pero dejó la decisión final en el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación del gobierno de Brasil. El aval del país vecino es más importante ya que la producción masiva de ese trigo está supeditada a lo que decida su mayor comprador.
El trigo HB4 fue desarrollado por un grupo de biólogos moleculares e investigadores argentinos, liderados por la investigadora Dra. Raquel Chan, directora del Instituto de Agrobiotecnología del Litoral (IAL) perteneciente a la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y al Conicet, en alianza con la empresa santafesina de biotecnología agrícola Bioceres con sede en Rosario.
En diálogo con LT9, Chan manifestó que "para que el trigo HB4 pueda ser comercializado, debemos probar que no daña al medio ambiente, no daña la salud y no produce daño ecológico. Estamos recopilando toda la información para que este trámite tenga una resolución a la brevedad".
"Creo que hay mucho desconocimiento de los ambientalistas al cuestionar el trigo HB4. Si subimos el nivel de exportaciones, subimos el nivel de riqueza. No hay motivo para pensar que va a ser peligroso, sostuvo Raquel Chan a Primera Mañana.
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