La fiesta fue canalla, la infernal tarde rosarina se tiñó de azul y amarillo en un clásico que pasará rápido al olvido por su mediocridad y por el escaso fútbol repartido. Pero, ¿le importa realmente al hincha de Central? No... Hoy la mitad de la ciudad festeja por haberle ganado sin sobrarle nada a su eterno rival. ¿Y no se trata de eso el clásico? De ganar como sea, jugando bien o mal. Y fue de Central porque Herrera metió la cabeza los 2' del primer tiempo y después lo supo manejar. Y porque la lepra no estuvo a la altura de las circunstancias.
Nada, no hubo tiempo para nada. Ni de estudiarse, ni de mirar al rival ni de tomar marcas casi. A los 2', el Colo Gil con su característica gran pegada, ubicó una pelota medida en el corazón del área chica, el Chaqueño Herrera se desprendió de Ferroni y metió un cabezazo tan bueno como el córner de su compañero y lo dejó boquiabierto a Pocrnjic para meter el 1 a 0.
A Newell's le cuesta llegar pero cuando lo hizo en su primera oportunidad Bianchi metió un cabezazo claro que se fue casi rozando el palo izquierdo de Ledesma. Fue a los 9'.
Sobre los 20' Central tiene la pelota, la iniciativa y mete presión en la salida leprosa. Antes, a los 16', la defensa de Newell's se durmió -está mostrando desatenciones- y Pocrnjic salvó ante la entrada de Ruben.
A partir de las media hora, el clásico entró en picada. La pelota fue más por el aire que por el piso, las imprecisiones le ganaron al toque preciso y pese a que central mostraba una mayor tendencia a tratar de hacer juego asociado, tampoco marcaba diferencias. Newell's nunca encontró fútbol en esa primera mitad. Sarmiento fue anulado por Maxi González, Joaquín Torres nunca se mostró y Figueroa brilló por su ausencia.
La lepra arrancó mostrando otra faceta. Activó sus circuitos futbolisticos de mitad de cancha hacia adelante vía Torres, vía Rivero, pero no encontraba interlocutores válidos en los metros finales.
A los 4' tuvo una muy clara el pibe Torres, pero su bombazo salió apenas desviado sobre el palo izquierdo de Ledesma.
Sobre los 15' el partido volvió a mostrar la tónica del final de la primera mitad: fricción, imprecisiones, polémicas y poco y nada de fútbol.
Poco, muy poco de fútbol y mucho de conversado hasta el final. Con un Newell's que fue perdiendo el ímpetu con el que había arrancado, Central se dedicó a manejarle la pelota y a intentar pararse con orden atrás y no descuidar el pase.
Fue victoria canalla porque tuvo una clara y no la desperdició. Porque después reguló el ritmo y supo manejar los tiempos del partido ante un Newell's que mostró espasmos de fútbol y que nunca puso en riesgo la victoria canalla.