Todo Rojo. Contra todo y contra todos. Independiente hizo historia otra vez en el Maracaná: empató 1-1 con el Flamengo y fiel a su historia se consagró campeón de la Copa Sudamericana.
En el primer tiempo, el Rojo hizo lo que tenía que hacer: aguantar los primeros 20 minutos, en los que el Fla salió con todo a buscar el gol tempranero. Que casi consigue a los doce, pero Martín Campaña le sacó un mano a mano impresionante a Éverton.
El equipo de Ariel Holan se animó un poco más pasada la primera mitad de la etapa, y empezó a jugar y a tener la pelota. Pero justo cuando mejor la pasaba llegó el tanto rival: otra vez de pelota parada (tras una falta de Fernando Amorebieta que no fue) y un despeje fallido de Nicolás Domingo, Éverton la empujó a los 29 para hacer estallar a todo el estadio.
Pero así como el gol del Mengao cayó en el momento menos pensado, con la igualdad del Diablo pasó lo mismo: Ezequiel Barco marcó de penal a los 39 tras una falta a Ezequiel Meza (¿se lo lleva puesto o no Gustavo Cuéllar?), para la que hubo que usar el VAR. El complemento fue igual de bien jugado. Itnenso, con dinpamica, con llegadas en ambos arcos. Un partido digno de una final de copa. Pero el Rojo tuvo más la pelota, se animó a atacar más a su rival y casi consigue otro gol con un jugadón de Emmanuel Gigliotti, que sacaron en la línea.
El Flamengo tuvo algunos cabezazos (la pesadilla del Rojo toda la noche) y alguna salvada cerca del arco, pero de a poco el local se fue apagando y ofuscándose con el resultado. El Rey de Copas se empezó a agrandar y a sentir que podía, que lo tenía y que la Sudamericana era suya. Como aquella vez en la Supercopa 1995 en el mismo Maracaná y ante el mismo rival, Independiente vuelve a decir presente, a mostrar toda su categoría y mística copera. Con un estilo vistoso y fiel a su paladar negro, Independiente festeja otra conquista internacional, la número 17 de su historia. Festeja Avellaneda. La Sudamericana es toda roja.
Fuente: TN.