El exagente de la Policía de Santa Fe, Francisco Aldo Olivares, fue condenado a 20 años de prisión por asesinar a Lautaro Saucedo, de 17 años, el 29 de octubre de 2019 en barrio Guadalupe de la capital provincial.
La sentencia llegó tras la firma de un acuerdo de conformidad, en el marco de un juicio abreviado, entre las partes representadas por los fiscales Ezequiel Hernández y Martín Torres, los abogados querellantes Martín Risso Patrón y Carolina Walker, y la defensora pública Leticia Feraudo.
Ahora, el tribunal conformado por los jueces Sandra Valenti, Gustavo Urdiales y Gabriel Candioti analizará los puntos del abreviado y tendrá aproximadamente 10 días para dictar sentencia.
La carátula de la causa es por el delito de "homicidio calificado por el empleo de arma de fuego", contra Olivares, que al momento del hecho se estaba desempeñando como custodio particular de un distribuidor de bebidas, aunque oficialmente era Policía.
El hecho
Durante el proceso judicial, los fiscales señalaron que “el homicidio sucedió alrededor de las 10:30 del martes 29 de octubre de 2019 en inmediaciones de calle Ignacio Risso al 2.200”, y precisaron que “el acusado llevó adelante su conducta delictiva mientras brindaba un servicio no autorizado de custodia”.
La secuencia quedó registrada en una cámara de seguridad, que permitió poner blanco sobre negro en el caso, ya que las imágenes muestran cómo primero Saucedo aborda una mujer, presuntamente con fines de robo, pero luego desiste de esa actitud. En ese momento, se observa cómo la señora llama al joven y le da algo de dinero por intención propia. Y cuando Lautaro se está yendo, aparece en escena Olivares, de llamativa campera naranja, se pone en posición para apuntar y dispara, provocándole a Saucedo una herida mortal.
“Saucedo –que tenía 17 años– se dirigía hacia el este cuando el policía ejecutó en dirección a él el arma de fuego calibre 9 milímetros que portaba a raíz de su trabajo en la URI”, narraron los funcionarios del Ministerio Público de la Acusación. También indicaron que “como la víctima estaba de espaldas, no pudo prever el ataque”, y detallaron que “recibió el impacto de un proyectil en la zona lumbar y falleció a causa de la agresión”.
Hernández y Torres aseguraron que “el hombre investigado no se identificó como personal policial ni dio la voz de ‘alto’ antes de disparar”. En tal sentido, plantearon que “actuó sobre seguro y de forma arbitraria”, e hicieron hincapié en que “violó su deber público de brindar seguridad y protección a la ciudadanía”.