Un poeta del siglo XIX fuera de su época. Romántico, melancólico y depresivo. La guitarra. Siempre había una guitarra cerca de él y hojas de papel esparcidas en su antiguo escritorio victoriano. En ellas garabateaba frases otoñales y su pluma paría las más sutiles palabras. Es curioso que a Nick Drake no se lo ubique en el mismo lugar que a Kurt Cobain, Hendrix, Janis Joplin, Brian Jones o Jim Morrison. Todos tienen en común que murieron a los 27. Nick Drake ni siquiera llegó a esa edad. Murió de una sobredosis de pastillas antidepresivas poco antes de cumplirlos, el 25 de noviembre de 1974.
Las letras de sus canciones fueron siempre un abanico lírico. Apenas editó tres discos oficiales: "Five Leaves Left" (1969), "Bryter Layetr" (1970) y "Pink Moon" (1972). Lo descubrió Joe Boyd, el mismo tipo que llevó de gira a Muddy Waters a Gran Bretaña, que produjo el primer single de Pink Floyd y le dio color y forma a la psicodelia inglesa de los sesenta.
El trabajo de su padre hizo que Nick Drake naciera muy lejos de Inglaterra, en Birmania, unos años después del final de la Segunda Guerra Mundial. Durante los sesenta estudió literatura inglesa en Cambridge y extendió su pasión por la música perfeccionándose con la guitarra, el piano, el saxo y el clarinete. Pero las letras le brotaban. Si hasta tenía nombre de poeta. Leía a William Blake y a Henry Vaughan. Escuchaba a Bob Dylan, Josh White, Leonard Cohen y Fairport Convention.
La muerte le llegó muy rápido, pero él la esperaba. Ya en su primer disco, "Five Leaves Left", la canción "Fruit Tree" dice:
La fama no es sino un árbol frutal / tan enfermizo que nunca florece / hasta que su tronco está en el suelo (...) / Seguro en tu lugar bajo tierra / entonces sabrán lo valioso que eras.
Drake era depresivo y sufría insomnio y abruptas crisis nerviosas. Luego de su muerte la Justicia falló que se había suicidado, pero su familia considera que fue un accidente. Lo cierto es que Drake estaba más en otro mundo que en éste.
Desde hace décadas es un artista de culto, un personaje que trascendió a su muerte y que se mantiene lejos del circuito comercial. Su vida se resume en sus discos y sus canciones. Y también en sus seguidores: R.E.M, John Martyn, The Cure, Peter Weller, Elliot Smith y hasta Norah Jones, que versionó uno de sus temas, "Day is Done". La magia de Nick Drake vive cada vez que alguien escucha uno de sus álbumes.