Ya son 21 los fallecidos por fiebre amarilla en lo que va del año en el estado de Río de Janeiro, según un boletín divulgado por la secretaría de salud local.
El informe epidemiológico, además, constata que se registraron ya 47 casos de personas infectadas en el estado, incluyendo uno fatal en el importante destino turístico de Angra dos Reis, que hasta ahora no había reportado contagios.
En otras cinco ciudades del estado se encontraron también monos muertos debido a la enfermedad, según informa la estatal "Agencia Brasil". Aunque los casos de fiebre amarilla venían aumentando ya desde fines de 2017, durante este año las autoridades brasileñas reportaron un notorio crecimiento de personas infectadas con el virus, principalmente en la región sudeste, que tiene la mayor densidad de población del país y abarca los estados de Sao Paulo, Minas Gerais y Río de Janeiro.
En enero, incluso, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró zona de riesgo de la enfermedad a todo el estado de Sao Paulo. Asimismo, otros 15 estados y la capital, Brasilia, están bajo observación por posibles casos de contagios, explicó el organismo.
Debido al brote de la dolencia, en las últimas semanas se formaron largas colas en centros médicos de los estados de Sao Paulo y Río de Janeiro para recibir la dosis de la vacuna contra la enfermedad. El Ministerio de Salud está llevando a cabo una campaña de vacunación contra la enfermedad, con la expectativa de inmunizar a 15 millones de personas en la región.
De acuerdo a los datos del Ministerio, desde 2014 el país pasó de tener un sólo caso de fiebre amarilla registrado (en Pará, región amazónica) a 755 en 2017. La fiebre amarilla es una enfermedad viral transmitida por mosquitos que puede conducir a la muerte en algunos casos. La enfermedad se caracteriza por causar en los afectados una coloración amarilla en la piel (ictericia), así como fiebre, dolor de cabeza y vómitos, entre otros síntomas.