Dos escuelas de Rosario fueron víctimas de un ataque a tiros y mensajes amenazantes. Tras los hechos, hoy no hubo clases y mañana, martes, habrá una marcha para exigir más seguridad.
Ocurrió el sábado pasado durante la madrugada en las escuelas 84 "José Marmol" y “Rosa Ziperovich”. Las autoridades indicaron que el ataque no fue dirigido para los profesores o autoridades, sino que "dejaron un mensaje al Gobierno".
Asimismo, confirmaron que se encontraron amenazas en una de las instituciones, pero su contenido no fue dado a conocer. “Es una situación donde vemos una demostración de impunidad muy fuerte. De nuestro lado vemos esto con mucha angustia y con la necesidad de abrazar a las compañeras”, expresó Juan Pablo Casiello, secretario general del gremio.
Así quedó una de las paredes del colegio
Las autoridades y maestros marcharán desde la Plaza San Martín hacia la sede municipal para exigir ser escuchados y que se amplíe la seguridad en el barrio, ya que temen que la próxima balacera se dé en el horario escolar.
La directora de la escuela “José Marmol” habló con los medios y manifestó la angustia que se vive desde el ataque: “Estamos consternados, tristes y preocupados al ver las paredes de la escuela baleada. Es algo que no queremos naturalizar, aunque en el barrio se vive permanentemente. La escuela es un lugar de refugio donde los chicos vienen a aprender y a sentirse seguros”.
Fue la autoridad quién confirmó que se encontraron 14 vainas en la calle y dos mensajes que no estaban destinados al colegio. La causa quedó en manos del fiscal de Flagrancia, Lucas Altares.
Comisarias valladas
Desde hace algunos días la ciudad santafesina más insegura del país amaneció con varias comisarias valladas ante el aumento de ataques contras las seccionales.
Las imágenes se repitieron en varios lugares como las Comisarías 12, 20 y 24 tras un pedido de los propios efectivos al Ministerio de Seguridad de la provincia.
Asimismo, esta medida fue aceptada también por los vecinos que desde hace tiempo sostienen que "viven con miedo" por la seguidilla de agresiones que sufren en los barrios por parte de los narcotráficos.