La cosecha de maíz tardío o de segunda concluyó esta semana en el centro y norte de la provincia de Santa Fe con una merma de rendimiento respecto de la campaña anterior, producto de la sequía que abarcó la totalidad del ciclo del cultivo, informaron voceros del sector.
El informe semanal que elaboran el Ministerio de la Producción de la provincia, en colaboración con la Bolsa de Comercio de Santa Fe, indica que este año se cosecharon un total de 375.770 toneladas, es decir unas 176.433 toneladas menos que en la campaña precedente.
Esas cifras se explican en las diferencias de rendimiento, ya que este año cada hectárea arrojó un promedio de 49,25 quintales, es decir unos 29,75 quintales menos que en la anterior campaña.
Los datos finales dan cuenta de un total de 87.500 hectáreas sembradas, de las cuales se trillaron 76.300 para grano comercial y 11.200 para autoconsumo.
En cuanto a los trabajos de esta semana, continuó con lentitud el proceso de siembra del girasol y del maíz temprano en los sectores más beneficiados por las lluvias.
No ocurrió lo mismo en las regiones que no recibieron precipitaciones debido a la escasa o nula disponibilidad de agua útil en el cama de siembra, situación que además afectó a las cuencas lecheras, donde se esperaban lluvias que no se produjeron.
Para el maíz temprano se estimó una intención de siembra para la campaña 2023/24 similar a la del año pasado, que cubrió unas 95.000 hectáreas.