La falta de lluvias en el centro y norte de la provincia de Santa Fe complica a los productores de maíz y girasol, cultivos que ingresaron en los últimos días del cierre de la ventana óptima de siembra con tareas paralizadas, debido a la escasa o nula disponibilidad de agua útil en los suelos, informaron voceros del sector.
El informe semanal que elaboran el Ministerio de la Producción del distrito y la Bolsa de Comercio de Santa Fe indica que con ese panorama "no se alcanzarían las intenciones previstas" por los productores en sus previsiones para la presente campaña.
En el caso del maíz temprano o de primera, las estimaciones iniciales daban cuenta de una intención de siembra de 95.000 hectáreas, y hasta el momento sólo se implantaron 23.750 hectáreas, lo que representa alrededor del 25%.
En tanto, para el girasol se estimaba una superficie de 132.600 hectáreas y hasta hoy se han cubierto 76.900 hectáreas, es decir un 58% del total proyectado.
"Segunda semana consecutiva en que el proceso de siembra se paralizó debido a la escasa o nula disponibilidad de agua útil en la cama de siembra", indica el informe, que sostiene que no hay perspectivas "de futuros escenarios favorables que reviertan", la situación.
"Todo ello provocó nuevas decisiones y la elaboración de planificaciones acordes a la realidad, con diferentes rotaciones, variaciones de las estrategias en el control de las malezas y opción por otro cultivo", explica el trabajo.
Respecto de la elección de otro grano, los productores piensan en soja temprana, con lo cual aumentaría su intención de siembra en un 9 o 10%, llegando a superar el millón de hectáreas.
"Puntualmente, para el maíz temprano en las cuencas lecheras santafesinas, siguió el desplazamiento de las fechas de siembra con más interrogantes y complicaciones en el porvenir de las forrajeras", completa el informe.
En cuanto al trigo, el 55% de los lotes sembrados se encontró en el relevamiento de esta semana en estado bueno a muy bueno, con algunos lotes excelentes, un 28% en estado regular y un 17% fue calificado como malo.
En la zona noroeste los sembradíos prosiguieron el normal desarrollo de las etapas fenológicas, con preemergencia floral o floración sin inconvenientes, con bajos impactos por déficit hídrico pero con presencia de aves que provocaron o provocarían daños en las espigas de los cultivos en ciclos más avanzados.
En el resto de la superficie las escasas a nulas lluvias influyeron para que haya plantas con diferente coloración en las hojas, escasa altura, variado volumen de macollaje y poco desarrollo de sus estructuras.