El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Horacio Rosatti, fue víctima de un intento de robo. En horas de la tarde, un colaborador le avisó que habían forzado la puerta de uno de sus departamentos en Santa Fe. 

Se trata de la vivienda en la que el magistrado suele pasar los fines de semana y donde redacta sus votos. El episodio levantó todo tipo de sospechas ya que en la propiedad no solo había borradores de causas clave, sino que sucede en el marco de una serie de amedrentamientos sobre el ministro. 

En su entorno describieron a la propiedad como un "departamento-oficina". Los sábados y domingos, Rosatti se instala allí para trabajar. Hay libros, una computadora y un escritorio y nada de valor económico. 

El magistrado recibió la noticia mientras mantenía una reunión en el palacio de Tribunales. En un principio, no se sabía si los ladrones habían logrado ingresar o no y se procedió de inmediato a formular la denuncia penal. 

Hace algunas semanas le pincharon los neumáticos de su auto. Todo esto transcurre mientras que en el Juzgado Federal N°8, a cargo de Marcelo Martínez de Giorgi, tramita una causa en la que se investiga el intento de crear seis líneas de teléfono a nombre de Rosatti.

En el entorno del juez no tienen dudas que todas estas situaciones tienen alguna conexión y mencionan otro episodio reciente: el 5 de noviembre, a cincuenta metros de donde vive uno de los hijos de Silvio Robles -la mano derecha de Rosatti- aparecieron cinco disparos en una pared. Además, en el último año hubo una serie de episodios sospechosos -algunos tomaron estado público y otros no-.

Rosatti, el primer juez de la Corte que denunció el hackeo de su teléfono

La causa que está en manos de Martínez de Giorgi, además de los intentos de crear líneas telefónicas, incluye el hackeo al teléfono del propio Rosatti.

La causa acumuló varios expedientes iniciados en otros juzgados y llegó a la conclusión de la existencia de una supuesta red de inteligencia ilegal.