Los árboles inteligentes son una estructura modular, que no poseen tronco ni ramas, están compuestos por musgos y se alimentan de energía solar, lo que les permite procesar la misma cantidad de dióxido de carbono que 234 árboles naturales.
Estos dispositivos surgieron como alternativa biotecnológica y tienen como objetivo combatir la incontenible polución de las grandes ciudades: ayudan a los árboles emergentes a procesar el dióxido de carbono y moderar los niveles de contaminación.
En la Argentina ya se instalaron dos "árboles inteligentes", uno se encuentra en la localidad de Capitán Bermúdez, en la provincia de Santa Fe, y el otro -que es líquido- en la Ciudad de Buenos Aires.
Este último es un biosistema líquido -dentro de un vidrio- creado por Instituto de Investigación Multidisciplinar de la Universidad de Belgrado de Serbia. Según sus inventores bálticos es capaz de "reemplazar" un árbol o 200 metros cuadrados de césped.
Argentina primero
El primer "árbol inteligente" de Argentina, es un proyecto innovador que obtuvo un subsidio del Fondo Tecnológico Argentino (Fontar).
Fue instalado en una estación de servicio de la localidad santafesina de Capitán Bermúdez, no sólo para ahorrar energía, sino para ir un poco más allá y generar un aporte al medio ambiente.
Se trata de una estructura modular, que no tiene tronco ni ramas, está compuesta por musgos y se alimenta de energía solar, lo que le permite procesar la misma cantidad de dióxido de carbono que 234 árboles naturales.
El titular de Grupo CAE, Cristian Echeverría, destacó que este proyecto se desarrolló íntegramente en Argentina.