El Gobierno nacional oficializó este lunes la autorización al Ministerio de Economía para avanzar con la firma de un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), en el marco de las negociaciones en curso para reestructurar los compromisos financieros que enfrenta el país.
A través de un decreto publicado en el Boletín Oficial, el Poder Ejecutivo facultó al ministro de Economía, Luis Caputo, a suscribir todos los documentos necesarios para concretar el entendimiento técnico alcanzado recientemente con el organismo multilateral.
Aunque el decreto no precisa montos ni plazos del préstamo, Caputo anunció el viernes pasado que se trata de un entendimiento por 10 años, con cuatro años de gracia, por u$s20.000 millones y un desembolso inicial de u$s12.000 millones de libre disponibilidad que ingresarán este martes.
"El presente acuerdo tiene como objetivo principal garantizar la estabilidad macroeconómica, fortalecer las reservas internacionales y consolidar un sendero fiscal sostenible", señala el texto oficial. La decisión se da luego de intensas semanas de negociaciones entre funcionarios del Palacio de Hacienda y representantes del FMI, que incluyeron reuniones en Washington y videoconferencias de alto nivel.
El acuerdo, según fuentes del Ministerio, contempla una reestructuración de los plazos de pago, así como nuevas metas fiscales y monetarias que apuntan a mejorar la credibilidad del programa económico del Gobierno.
Desde el FMI también confirmaron que se llegó a un "acuerdo a nivel de staff", y que el mismo será elevado al Directorio Ejecutivo del organismo en los próximos días para su aprobación formal. De obtener luz verde, Argentina recibiría un nuevo desembolso que le permitiría reforzar sus reservas internacionales, actualmente en niveles críticos.
El presidente Javier Milei expresó su respaldo al acuerdo, al considerar que "marca un paso fundamental hacia la recuperación de la confianza y el orden financiero”. A su vez, destacó que el compromiso con el equilibrio fiscal es “irrenunciable".
La firma del nuevo acuerdo representa una etapa clave para el futuro económico del país, que sigue enfrentando desafíos como la inflación persistente, la caída del poder adquisitivo y la necesidad de reactivar la actividad productiva.