Desde la Piazza dell'Esquilino -Roma-, a pocos pasos de la basílica de Santa María la Mayor, Diego Sarrichio, estudiante de historia compartó en exclusivo con la Nueva Nueve la magnitud del homenaje al Papa Francisco.
"Intenté entrar a la basílica, pero la fila era insólitamente larga", describió Diego, testigo directo de las jornadas de duelo que vive la capital italiana. A pesar de que pasaron varios día desde la sepultura "sigue habiendo muchísimas personas que quieren entrar a ver" afirmó.
La zona de Santa María la Mayor, tradicionalmente concurrida por su importancia religiosa, "se llenó aún más con los funerales del Papa", según relató Sarrichio. Esta basílica, una de las cuatro papales junto a San Pedro, San Juan de Letrán y San Pablo Extramuros, está situada a unos seis kilómetros del Vaticano, en pleno centro de Roma.
Durante las exequias, más de 400.000 personas colmaron la Plaza San Pedro. "La plaza estaba totalmente llena de gente", recordó Diego. Mientras tanto, Santa María la Mayor continúa siendo escenario de emotivas peregrinaciones de fieles llegados de todo el mundo.
La ciudad enfrenta ciertos desafíos logísticos ante semejante afluencia, Diego comentó que "es difícil moverse debido al tráfico y a la cantidad de gente", y aconsejó a los visitantes tomar el metro en Termini para llegar más fácilmente al Vaticano.
En lo que refiere al arribo de los fieles, "ha llegado gente desde todas partes del mundo", comentó Sarrichio, destacando el carácter "cosmopolita y multicultural" tanto de los visitantes como de los cardenales que participarán del próximo cónclave.
Entre los nombres más mencionados para suceder a Francisco están el cardenal Pietro Parolin y el cardenal filipino Luis Antonio Tagle.
En cuanto se anuncie al nuevo Papa, se espera una nueva oleada de multitudes en la Plaza San Pedro. "Se va a llenar en cuanto se asome el nuevo Papa", anticipó Diego, refiriéndose al tradicional momento del Habemus Papam.