Finalmente llegó el "supermartes", marcado por un gran vencimiento de Lebac, por un total de $ 617.000 millones. En otra ocasión sería una prueba relativamente fácil para el Central. Pero en medio de una fuerte corrida cambiaria, se trata de un importante test, cuyo resultado será clave para determinar a cuánto puede ascender la presión sobre el dólar en los próximos días.
La cifra del vencimiento era mayor, pero en las últimas jornadas el BCRA ya fue adquiriendo Lebac a inversores que quisieron salir a vender por anticipado. Para conseguir la mayor aceptación posible, la decisión del Gobierno fue salir a actuar fuerte. Por un lado, la tasa de Lebac más corta, a 28 días, se ubicará en alrededor del 40% anual y para los plazos siguientes alrededor del 38%. En todos los casos, muchos puntos por encima de la inflación. Y por otra parte, el propio BCRA dejó deslizar al dólar hasta los $ 25 para "subirle el precio" a quienes quieren comprar divisas.
El titular del BCRA, Federico Sturzenegger, apunta a un resultado cuanto menos discreto. Sabe que se trata de una licitación extremadamente compleja y por eso apunta a una renovación de por lo menos el 60%, cuando en un vencimiento normal se llega por lo menos al 85%. Entre las tenencias en manos del sector público (en particular ANSES) y los bancos, que tienen un medio compromiso de renovar los vencimientos, se estaría llegando al 55% de aceptación. El resto está en manos de inversores institucionales como fondos comunes de inversión, luego inversores individuales y por último no residentes que aún conservan cerca de $ 20.000 millones.
En la medida que menor sea la renovación, mayor será la cantidad de pesos que se vea obligado a inyectar el Central, con el riesgo de generar más demanda de dólares en los días subsiguientes. Por ejemplo, si un 40% no acepta seguir en Lebac, implicaría para el Central emitir alrededor de $ 250.000 millones. Sería un escenario complejo si el objetivo es estabilizar al dólar.