El bioingeniero Fernando Ferrari, que trabaja como perito en el Gabinete de Informática forense de la procuración General de Entre Ríos, fue el encargado de las primeras actuaciones sobre los teléfonos celulares de Fernando Pastorizzo y Nahir Galarza.
Este hombre contó el método utilizado para obtener información del aparato de la imputada y los motivos por los cuales no se pudo acceder al de la víctima, debido al complejo sistema de seguridad que presentaba el Motorolla.
En la cuarta jornada del juicio contra la joven acusada de asesinar a Pastorizzo, confirmó que entre ambos celulares se encontraron 104 mil mensajes de Whatsapp a lo largo de un año, e incluso se mostraron los últimos mensajes que existían de la madrugada del 29 de diciembre. También se mostraron algunos videos que se obtuvieron del teléfono de la joven, donde se veía a la víctima en la cama, desesperándose en situaciones normales de intimidad.
"La podes cortar, ya te dije que no me vi con nadie", es una de las frases que aparecen en un chat del 29 de diciembre. La mecánica de la charla es similar a la que luego fue revelada en días anteriores. Fernando asegurando que Nahir tendría intimidad con otras personas, ella insistiendo con verlo.
A la 1.23 del 24 de diciembre, Fernando le escribe: "Preferís salir antes que verme. Que te vaya bien con todos los que te comas, por eso no me ves".
Y luego llegarán los reproches de la joven: "Me dijiste que te ibas a dormir y no me llamaste después" o "Contesta loco, sos un mentiroso".
"Estoy harto de siempre discutir", decía Fernando. Y del otro lado: "Harta estoy. No hago nada y te enojas. Todos los años lo mismo, llega este día y das vueltas para verme. Me tratas para la mierda".
Ferrari también se refirió a una llamada de Pastorizzo al celular de Galarza a las 7.27 del 25 de diciembre: apenas 17 segundos la comunicación.
El subalferez Jorge Reyes, el perito de Gendarmería que accedió a la cuenta de Gmail de Pastorizzo y en una "nube" encontró -además de fotos y chats - se refirió al video íntimo que desató el llanto de Nahir Galarza.
Sobre el teléfono de Fernando dijo que "se intentó conectarlo a un equipo de extracción de información con un equipo forense. Como tenía pin no se pudo configurar el teléfono con el equipo. Se colocó el chip en un teléfono de propiedad de Criminalística y se solicitó un código de activación, que permitió restablecer la contraseña del correo para acceder. Una vez que tuvimos acceso observamos que en la nube había copia de conversaciones de whatsapp, fotos, videos y ubicación del celular hasta el 30 de diciembre de 2017. Con el correo se pudo acceder con la clave que creó Gendarmería".
En la nube de Fernando había muchas fotos de Nahir y algunos videos donde se los podía ver interactuando en un clima de confianza. También estaban algunas de las fotos de Brasil, que formaban parte de aquellas que fueron tomadas durante las vacaciones de Fernando con los Galarza.
Hacia el final de la audiencia, el pedido de la Querella que representa al padre de Fernando, alteró a Galarza.
En el final de la cuarta audiencia del juicio, cuando ya no quedaba prácticamente nadie en la sala, Nahir Galarza regresó al recinto e increpó al fiscal Sergio Rondoni Caffa por la posible exhibición de un video íntimo obtenido del teléfono de Fernando Pastorizzo, que pretende incorporarse como una prueba.
El final de este cuarto día de debate fue totalmente inesperado para los que estaban presentes en el recinto de los tribunales de Gualeguaychú. Hasta el momento, no había sucedido nada que alterara el normal desarrollo de la audiencia y lo más trascendente había pasado por el testimonio de María Inés Correa, la vecina de Nahir Galarza que volvió asegurar haber visto a Fernando Pastorizzo con el arma en el ombligo.
Sin embargo, cuando los jueces que integran el Tribunal ya habían abandonado la sala y todos los abogados se distendían de las seis horas y media de audiencia, la joven imputada que minutos antes del cierre había abandonado el lugar porque se había quebrado, regresó e increpó al fiscal Rondoni Caffa que todavía estaba sentado en su silla.
"¿Es necesario que muestre ese video? ¿Por qué lo quiere mostrar? Si usted muestra ese video va a ser el responsable de que yo me suicide", fue lo que le dijo Galarza a Rondoni Caffa mientras se tapaba el rostro con la mano izquierda.
La imputada había salido notablemente compungida minutos antes, mientras declaraba el subalferez Jorge Reyes, el perito de Gendarmería Nacional que realizó actuaciones sobre los teléfonos celulares de víctima y victimario.
Fue durante esta declaración que se exhibió material fotográfico obtenido de la "nube" del correo de Gmail de Fernando Pastorizzo, y fue el querellante Juan Carlos Peragallo quien requirió la exhibición de un "video íntimo" que fue obtenido en esta pericia, con la intención de reforzar el vínculo que existía en la pareja.
Esta solicitud no fue aceptada por el Tribunal. Los jueces entendieron que no era necesaria la exhibición y que en su caso a la postre iban a observar la prueba sin presencia de terceros. Igualmente, a pesar de la negativa judicial a la difusión, Nahir Galarza se quebró y su defensor solicitó que se retirara de la sala.
Luego, cuando finalizó el testigo y también la cuarta audiencia, Nahir Galarza regresó y amenazó al Fiscal con suicidarse si ese video sale a la luz, según consigna El Día de Gualeguaychú.
Así pasó la primera audiencia de la segunda semana del juicio. Hoy será el quinto encuentro, que promete ser igual de agotador, con la declaración de ocho personas. Entre ellas se espera la presencia de Marcelo Benetti, el médico forense que realizó la autopsia al cuerpo y demarcó los orificios de entrada y salida de los dos disparos y remitió el material genético para los estudios complementarios que permitieron el informe balístico.
Los responsables de esta pericia, que arrojó que Fernando Pastorizzo había sido ejecutado a quemarropa, viajarán desde Paraná para declarar en esta quinta audiencia. Serán quienes explicarán sobre las quemaduras que presentaba el orificio de ingreso de bala y los tatuajes que deja la pólvora a su alrededor.
Fuente: El Once