El presidente Mauricio Macri y la diputada Elisa Carrió se reunieron en la quinta de Olivos con el doble objetivo de bajar la tensión de las últimas horas tras la salida de Federico Sturzenegger del Banco Central y, al mismo tiempo, enviar una señal de unidad luego de que la diputada nacional amenazara con "romper" el espacio.
La líder de la Coalición Cívica, que había expresado su malestar por la media sanción a la ley de aborto legal en la Cámara de Diputados, arribó a Olivos cerca de las 17.20 para reunirse con el jefe de Estado y con el ministro de Producción, Francisco Cabrera.
Al ingresar a la residencia presidencial, Carrió sostuvo que no dejará de acompañar al presidente, rechazó la posibilidad de quebrar la coalición de gobierno y aseguró que "el dólar es flotante, ya va a bajar".
"Estoy al lado de Macri, sobre todo en crisis", señaló la diputada nacional en un breve contacto con los periodistas antes del ingreso.
En cuanto a la advertencia de "romper" Cambiemos que lanzó poco después de la media sanción que la Cámara baja le dio al aborto legal, "Lilita" afirmó: "No era un enojo con la votación, sino con el presidente de la Cámara (Emilio Monzó) que no me daba la palabra y no me la da hace dos años".
"Lo mejor de la jornada es que no hubo violencia", rescató la líder de la Coalición Cívica, que consideró que si se hubiera rechazado el proyecto de despenalización podrían haberse producido incidentes en las inmediaciones del Congreso con los militantes que estaban a favor.
Durante todo el día, la Casa Rosada evitó comentar la situación del dólar, que tiene en vilo a la población. Trascendió que el Presidente no mantuvo ninguna reunión con el recientemente designado presidente del Banco Central, Luis "Toto" Caputo. Y cada vez que se cruzó con algún funcionario se mostró confiado en que "Toto está trabajando en el asunto, la semana que viene empezará a acomodarse".
Fuente: Infobae.